Una maniobra judicial de la Dirección de Duro Felguera consiguió paralizar en el último momento la ejecución de los avales (56 millones de euros) que el cliente argelino pretendía ejecutar.

Moviola: la ingeniería asturiana Duro Felguera construye una planta de ciclo combinado (presupuesto próximo a los 600 millones de euros) en Djelfa, ya próxima al desierto del Sahara. Desacuerdos con el cliente sobre el precio y la ejecución de las obras y el proyecto se paraliza. Entonces los argelinos se apresuran a ejecutar los avales, pero el CEO de Duro-Felguera, José María Orihuela, se adelanta y en un juzgado asturiano paraliza la ejecución.

Ahora tendrá que ser un laudo arbitral quien decida quién tiene razón. Ahora bien, eso puede llevar años. A los argelinos no les conviene la demora -están perdiendo dinero- pero a la ingeniería asturiana tampoco.

José María Orihuela logra detener una ejecución de avales por la planta argelina de Djelfa

Además, Duro Felguera se asfixia en pleitos. Por otra ejecución de avales en Dubai se juegan 50 millones de euros, mientras los pleitos abiertos en Australia suman otros 60. Los bancos llevan dos años, desde la última ampliación, sin ofrecerles más financiación.  

No sólo eso: Duro Felguera mantiene un pulso con Hacienda y otro con el anterior presidente, Ángel del Valle, precisamente por las presuntas trampas en la ampliación de capital.

Demasiados conflictos para una compañía que vuele a estar al borde del concurso de acreedores.

Y en esas aparece Blas Herrero, “el lechero”. Ha sido en junio y es la tercera vez que se ofrece para salvar Duro Felguera. La dirección no le quiere y en el capital de la banca acreedora, el Santander, le miran con recelo. La razón es que el dueño de Kiss FM siempre se ofrece para negociar quitas pero no para aportar dinero nuevo. Y en este momento, Duro no necesita una negociador, lo que necesita es un inversor.