Pere Navarro, director de la Dirección General de Tráfico (DGT), ha enloquecido, al igual que Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid. Y es que el Gobierno Sánchez obligará a circular a 30 kilómetros por hora (km/h) en todas las ciudades.

La DGT trabaja en reformar la normativa para reducir la cifra de peatones fallecidos, según ha anunciado el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Asimismo, se quiere “poner en valor” los desplazamientos a pie, una intención que saca a relucir la obsesión ecologista de la izquierda. Pero en el fondo, no es más que prohibir… por mucho que lo intenten vender como una preocupación por la salud y la seguridad.

Eso sí, Grande-Marlaska se lava las manos, diciendo que son las ciudades y distintas asociaciones las que lo han pedido. ¿Y algún estudio? Sí, según el de la Fundación Española para la Seguridad Vial, si se redujera a 30 km/h la velocidad máxima en las ciudades, el 95% de los peatones atropellados sobreviviría. Pero los coches contaminan más... A este paso los coches parecerán patinetes (Tráfico quiere impedir que circulen a más de 25 km/h).