No hay excusas para venderle bombas a los fanáticos musulmanes saudíes. Tampoco el "salario de 6.000 familias". Lo que habría que buscar es otro trabajo para los astilleros. Pero eso exige invertir... y en empresa pública.

Ya lo decía aquel director de periódico a sus redactores: “Si me decís que os habéis vendido porque tenéis una familia que alimentar os despido de inmediato”. No se usa a la familia como excusa. Lo que tiene que hacer el Gobierno Sánchez es mantener su negativa a venderle bombas a los homicidas y liberticidas saudíes y buscar otro trabajo más digno a Navantia. Por ejemplo, construir corbetas para el Ejército español.