El ambiente en Moncloa se está haciendo irrespirable, comenta uno de los fontaneros, que también anda buscando salida. Y es que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, cinco años pendiente de alcanzar la Presidencia, busca ahora acomodo para su incierto futuro. El gallego Núñez Feijóo espera su oportunidad en Moncloa (personalmente creo que nunca llegará) y Dolores de Cospedal trata de mantener un PP unido, como si nada hubiera ocurrido. Curiosa metamorfosis la de esta mujer, moralmente neutra en el pasado, que ahora, a lo mejor por una sana influencia castrense (o eso quiero pensar), intenta recuperar el tiempo perdido, volver al pasado, cuando el PP aún creía en algo. Aunque sólo sea porque sin convicciones tampoco hay alegría.

Lo peor, el ambiente guerracivilista en una España cainita

Porque eso es lo malo del Marianismo: se ha convertido en una maquinaria de poder que no cree en nada, que no tiene convicción alguna y que incluso se enerva si le mencionas su incoherencia de raíz.

Y lo peor es que la farsa del PP no es ajena al ambiente guerracivilista y cainita que reina en la España de 2018, con ese episodio chusco, pero muy ilustrativo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quitando su calle al “fachas” del almirante Cervera y otorgándosela al majadero de Pepe Rubianes, a cuenta de la insigne centrífuga Colau.

 

Soraya busca acomodo, Feijóo busca cargo y Cospedal trata de mantener el edificio en pie

Este episodio representa como ningún otro el ambiente de la España de hoy: el mismo de la II República, el mismo que acabó en la guerra fratricida de 1936.

Pero el Marianismo es incapaz de mantener está batalla cultural contra el esperpento de Podemos o los comunes, porque no tiene convicción alguna. Es una maquina de poder al servicio de Mariano Rajoy, que esta muerto pero no lo sabe. Está muerto él y esta muerto el marianismo. Y lo peor es que la solución no puede ser Albert Rivera y ciudadanos. La razón es simple: el PP ha perdido sus principios cristianos, pero Ciudadanos nunca los ha tenido.

¿Relevo? El PP ha perdido sus principios, Ciudadanos nunca los tuvo

Rajoy está acabado, el marianismo también. Su agonía amenaza con resultar tenebrosa. No para él sino para el conjunto de los españoles,

Y esto no disculpa a sus contrarios, pero algún día España deberá salir del mal menor. Por el camino del sentido común o por el camino del enfrentamiento civil.