Los bancos acreedores han dado otra prórroga a Duro Felguera, aunque sin cambiar el guión, porque han recibido señales positivas de Fidentiis de que hay inversores interesados en entrar en la ingeniería asturiana. De lo contrario, el escenario sería muy distinto. En suma, sigue la indefectible condición de un socio industrial que aporte 125 millones en una ampliación de capital. En esa espera, Duro Felguera sigue adelante con los planes de ajuste en la plantilla (hasta un 25%-30%) y ahorro en costes, que aumentan el atractivo para un inversor.

A plazo vencido (acabó ayer, 15), nuevo plazo de tres meses (hasta el 15 de julio) para un acuerdo de espera (standstill). Duro Felguera lo ha confirmado por la tarde a la CNMV. La empresa gana tiempo, es cierto, con una cuarta prórroga, pero siempre sobre las mismas exigencias de los cinco bancos, que lidera el Santander, el que más riesgo financiero tiene en el grupo. Ahí figuran también Santander de Leasing, Caixabank, Sabadell, Popular, Bankia y BBVA. También se han firmados los contratos de refinanciación y de garantías, suscritos 7 de junio de 2011, con las filiales de Duro Núcleo de Comunicaciones y Control SL (acreditada) y Núcleo Seguridad SA (garante).

Ahora bien, la banca da ese paso, básicamente, por las gestiones de Fidentiis, encargada de buscar socios. Es un rayo de esperanza en la interminable crisis de la empresa asturiana. También para la gestora, que se juega el prestigio en su búsqueda (y no cobrará poco por ello, dicho sea). La reacción en bolsa ha sido positiva, aunque más contenida que en otras prórrogas (en torno al 3%, pero ha llegado a escalar un 7%), que ha aliviado las tensiones en ese punto, marcadas por el duro castigo que sufre el valor desde hace meses. Es la otra lectura, la de los inversores, que da una idea del peligro real que corre la empresa.  

A Santander, Caixabank y Sabadell se unen Bankia y BBVA 

Mientras, como ya informamos, la empresa negocia los despidos, con un ERE de extinción, al tiempo que intenta cumplir los planes de viabilidad de los bancos para reducir la deuda de 362 a 85 millones, siempre que Fidentiis encuentre el socio que aporte el dinero y, a cambio, ellos podrían 25 millones y liberarían otros 100 en avales.

Es el drama al que Duro se enfrenta, que se agudizó con presentación de resultados de 2017 (pérdidas de 254,5 millones) y la dimisión de los consejeros de los mayores accionistas, las familias Álvarez Arrojo y Arias, cuya participación pasaría del actual 34% al 4%.

Los sindicatos, por su parte, insisten en que la empresa es viable, piden a la banca mayor flexibilidad y han llamado a las puertas del Principado de Asturias para que se implique, tanto para presionar a los bancos como para ayudar en la búsqueda de inversores.