Buen incremento en el resultado de BBVA durante este primer trimestre de 2018: 1.340 millones de euros, un 11,8% más que durante el mismo periodo de 2017. Sin embargo, no deja de llamar la atención que mientras su competencia ha ido incrementando los resultados a partir de aumentos de los márgenes de intereses y bruto y un descenso de la necesidad de provisiones con motivo del fin de la crisis, BBVA lo haya conseguido por esta última vía, la de las menores provisiones, y lo que sí es muy meritorio, con un fuerte descenso de los gastos de explotación.

Así, en BBVA el margen de intereses no se mueve y el bruto desciende un 4,5%, pero la reducción de los gastos apuntados en un 5% y de la necesidad de provisiones, nos ofrecen finalmente un buen incremento del resultado: el 11,8% con el que comenzábamos.

A diferencia de Bankia que, como hemos visto este viernes, ha deteriorado fuertemente sus rentabilidades tras la absorción de BMN, BBVA ha visto crecer en el último año (31/3/18 respecto a 31/3/17) la rentabilidad de sus recursos propios (ROE), desde el 10,2% al 11,9%, y la de sus activos (ROE) desde el 0,84% al 0,97%. Sin embargo, a diferencia de Bankia, ha reducido sus fondos propios (-5,6%) pero igual que ésta ha mantenido su solvencia (15,4%). ¿Y cómo lo ha hecho? Pues igual que Bankia, porque no hay otro modo: ha reducido el crédito a la clientela, es decir, el riesgo, y lo ha aumentado al sector público (que se considera por las autoridades como sin riesgo). De ese modo, con los mismos (Bankia) o menos (BBVA) fondos propios se mantienen los ratios de solvencia. La banca se convierte en un negocio donde lo relevante no es conducir prudentemente sino ir despacio al pasar junto al radar. Si le para la policía, muéstrele su cartera, de deuda pública por supuesto. Le dejará continuar.

Ahora bien, si reduces gastos y provisiones, ganas más dinero, pero…

Esta reducción del crédito y el traspaso de los recursos de los clientes hacia la inversión directa en fondos de inversión, reduce los depósitos del público (-9,5%) y podría aumentar los problemas de liquidez, pero el banco los ha atajado reduciendo aún más el crédito, de modo que la ratio entre créditos y depósitos ha pasado en un año del 108% al 105%. Y es que la foto de la liquidez también importa después de lo que le pasó al Popular.

El ratio de eficiencia se reduce poco para el esfuerzo tan grande que se ha hecho en reducción de costes y pasa del 49,1% al 48,9%. Eso es por culpa de la reducción del balance que conlleva reducir el crédito a la clientela: es verdad que gasta menos pero para administrar menos volumen y, como los tipos están estables, menos ingresos. Al fin y al cabo el ratio mide cuánto del margen de intereses necesitamos para cubrir los gastos generales del banco. En cualquier caso, es posible que la digitalización sea eso: la reducción de los gastos de personal y generales del banco.

Por lo demás, es de agradecer la presentación de BBVA de este viernes a diferencia de la de Bankinter del jueves. La del primero considera que no todos los periodistas son idiotas y es un buen ejercicio de transparencia, aunque se echa en falta alguna explicación sobre las pérdidas contables imputadas directamente al patrimonio (el otro resultado global) por aplicación de la normativa, para mejorarla. La del segundo, correcta y completa, es un poco naive: muy bien maquetada y con colorido, pero debería darnos algo más para alimentar nuestras neuronas.

En cualquier caso, este primer trimestre de 2018 de BBVA requiere un poco de tiempo para comprenderlo porque parece que el transatlántico ha virado, pero aún no se aprecia, el rumbo. Destino: ¿menos balance? ¿crédito por fuera del sector? ¿Al sector público?

  •        Capitán, tierra a la vista…
  •        ¿Serán las Indias, no?
  •        Y a mí qué me dice, no va a ser América que aún no está descubierta ni la he visto nunca.