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Nos encontramos en la segunda oleada de esta pandemia de la que muchos de nosotros podemos decir que nos ha afectado de manera directa, a la gran mayoría de forma pasiva y a pocos, muy pocos, no les ha afectado en nada. Hay quienes han pasado por la enfermedad como me sucedió a mí y estuvimos ingresados. Otros han perdido el trabajo y hay quien ha tenido problemas sociales o familiares, porque la pandemia ha terciado en su vida de manera clara y radical, alterando el orden que hasta entonces les parecía que iba bien.
Es posible que muchos piensen que la pandemia es un complot organizativo a nivel global y que lo hacen porque es una manera más de someter a la masa mundial, especialmente a la occidental, a través de una enfermedad de la que, previsiblemente los mismos que la provocaron, tengan también la solución.
La pandemia, también ha puesto a prueba a los señores del mundo dedicados al poder político que, encumbrados a decidir por todos y a sus propios intereses -lo del bien común ya es de otra época-, han tomado decisiones por nosotros, por nuestras vidas y por nuestro presente, que sin duda está influyendo en nuestro futuro. Esta es la prueba que ha supuesto el descubrimiento que, tras la fachada de grandes señores, no había nada más que pobrecillos humanos que no sabían qué hacer con nosotros excepto legislar con obligaciones o prohibiciones. Sólo han dedicado su tiempo a ellos mismos. Han vivido encumbrados en el poder gracias a las mismas mentiras que han prevalecido a sus tiempos, utilizadas exclusivamente para alcanzar el poder. Sin embargo, como siempre, la verdad no defrauda, siempre sale a la luz, y esta pandemia les ha dejado al descubierto. Se ha mostrado a las claras que lo que verdaderamente son y lo que verdaderamente decían, eran verdaderas mentiras. Aun así, todavía una masa de millones de personas siguen confiando en ellos, succionados por la entelequia del enfrentamiento social, que les lleva a creer en sus líderes políticos como si se tratara de un síndrome de Estocolmo político, aun sabiendo que les mienten.
Todavía una masa de millones de personas siguen confiando en los gobernantes, succionados por la entelequia del enfrentamiento social, que les lleva a creer en sus líderes políticos como si se tratara de un síndrome de Estocolmo político, aun sabiendo que les mienten
Esto es una forma muy humana de ver las cosas. Reconozco que en gran medida, comparto esa visión. Sin embargo, tenemos otra forma de ver los signos de los tiempos. Existe otra posibilidad que no es ni más ni menos que la visión cristiana, que no son otros que los tiempos de Dios. Podemos decir, y de hecho lo dice mucha gente, que dónde está Dios cuando suceden estas cosas… o en un tono alterado por la desesperación ¿Por qué Dios permite ciertos horrores humanos? o en plan utilitarista de la bondad de Dios como cuando preguntan retóricamente que ¿Por qué si existe la bondad infinita de Dios existe la maldad temporal?
Es recurrente en mis escritos la necesidad de la purificación de la humanidad, en la que cada cierta cantidad de décadas,el ser humano tiene que pasar por una criba intelectual y espiritual para darse cuenta de que, a pesar de que sus avances tecnológicos y científicos, nunca jamás podremos llegar a estar protegidos del todo por nosotros mismos. Nos olvidamos a menudo que el hombre solo no puede. La idea madre, sin lugar a dudas, es el reconocimiento de nuestra procedencia, que es Dios. Aunque muchos no lo entiendan, ni siquiera lo crean, no importa: la realidad es que muchas de las personas que vivimos en este mundo somos conscientes de esa realidad divina y que los hechos sobrenaturales sólo se pueden entender con visión sobrenatural, porque la visión humana siempre estará recortada por la limitación física y la temporalidad del ser humano.
Tengo que insistir otra vez, en que la jerarquía de la Iglesia debiera recordar la necesidad constante de reclamar a los cristianos, por lo menos a los que van a misa, de su retorno a Dios, de mirar otra vez al Padre, de mirar al mundo con los ojos de Dios. La solución a los problemas humanos, algunas veces van de nuestra mano, pero siempre estaremos en las manos de Dios.
En el fondo -y esto no se sabe por qué no sale en los medios de comunicación-, existe una vuelta espiritual de muchísimas personas
Hay que tener en cuenta que Dios utiliza el mal y a los malos -aquellos que se obsesionan contra Él y los hombres-, para sus propios planes. La pandemia es uno de estos males, provocados por hombres malos, utilizado por otros hombres malos, para seguir encaramándose en la naturaleza del poder humano. Pero en el fondo -y esto no se sabe por qué no sale en los medios de comunicación-, existe una vuelta espiritual de muchísimas personas. Muchos son los que se han preguntado de nuevo qué hago yo en este mundo o qué puedo hacer yo para poder sanar a las personas de este mundo. Esa es una pregunta que llevamos décadas sin hacernos, porque hasta hoy se encargaba de resolverlo el sistema el Estado o el mismo desarrollo científico y tecnológico, que aparentemente solucionaban nuestros problemas.
En nosotros está vivir el tiempo de los hombres o el tiempo de Dios.
Dios, ciencia y filosofía. De lo racional a lo divino. (Almuzara) Carlos Alberto Blanco Pérez. El autor hace un fiel reflejo de lo que muchos se cuestionan hoy en día, que es la operativa o inacción de Dios. Pone en duda los avances científicos y tecnológicos como mero sustituto de Dios y lleva de la mano al lector a hacerle comprender desde la filosofía que la existencia de Dios es racional y por lo tanto posible y que su existencia nos debiera poner mirando hacia Él.
El espíritu del mundo (Grafite) Maximiliano Calvo Ariño. El autor cree que hay motivos suficientes para escribir algo sobre el mundo: "Sin pensarlo mucho, vienen a mi mente tres razones (...) para reflexionar detenidamente sobre este tema. La primera tiene que ver con el hecho de que el mundo siempre ha sido un enemigo de Dios y de su Reino, (...) esa hostilidad ha crecido sin medida y se está manifestando sin límites ni barreras en estos últimos tiempos; la segunda razón es la falta de oposición al espíritu del mundo en los cristianos (...); y la tercera razón es la ignorancia que hay en la masa cristiana acerca de este enemigo y, por consiguiente, el estado de indefensión en que se encuentra ante sus ataques".
Requiem por Europa (Sekotia) Ramón Domínguez Balaguer. Por primera vez se está produciendo una apostasía generalizada del cristianismo y un abandono inusitado de la fe de los padres, sobre todo en Europa.Como decía un amigo el otro día: Cuando se compara la actual persecución del catolicismo en España muchos traen a colación la de los años 30. No están acertados. La Revolución ahora es mucho más inteligente... El Frente Popular creó mártires, que son semilla de cristianos, y por lo tanto sembró con ellos su derrota. La democracia no busca mártires, sino apóstatas. Este sencillo librito es un análisis de esta realidad.