La carrera de Pablo Iglesias marcha igual que la economía española, como una moto. De vicepresidente del Gobierno, el podemita ha pasado a comercial de aceite. Y, ojo, porque no es un producto cualquiera, a 7,80 vende el litro. Viene de Marinaleda (Sevilla), feudo hegemónico de la izquierda comunista más rancia donde, en su día, su alcalde,  Juan Manuel Sánchez Gordillo, se hizo famoso por capitanear el asalto a dos supermercados. Por cierto, uno de esos supermercados, Mercadona vende el aceite más barato -a 6 euros- que el que promociona Iglesias. 

Aceite

 

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