Llama la atención, en primer lugar, que familias enteras acudieran al espectáculo que forma parte de la gira nacional de “A Drag Queen Christmas”. Mire usted, si es Drag, no es Christmas y si es Christmas, no es Drag. Dicho esto, el caso es que fueron -lunes 26 de diciembre- y pasó lo que pasó: que muchos se quejaron por el contenido sexualmente explícito del espectáculo, que incluía, por ejemplo, “tetas en una caja” (“t-ts in a box”) y algún que otro baile lascivo, según Fox News.

“El Departamento de Regulación Comercial y Profesional (DBPR) está al tanto de múltiples quejas sobre una actuación sexualmente explícita comercializada para niños”, afirmó el comunicado difundido por Bryan Griffin, jefe de prensa del gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis. “Exponer a los niños a actividades sexualmente explícitas es un delito en Florida, y tal acción viola los estándares de licencia del Departamentro para operar un negocio y tener una licencia para dispensar bebidas alcohólicas”, señaló.

De Santis

Lo sucedido en Florida no es un hecho aislado y se enmarca, y esto es lo grave, en la corriente global de perversión de la infancia que se está intensificando en occidente. Dentro de esa corriente se encuentra, por ejemplo, el fomento de la pederastia por parte de la ministra Irene Montero, que insiste en que los menores tienen derecho a mantener relaciones sexuales con quien quieran, mientras sean relaciones consentidas.

Lo hemos dicho muchas veces en Hispanidad: la pederastia dejará de estar perseguida cuando ya no sirva para atacar a la Iglesia. Y el cambio ya ha comenzado.