¡Tengo una madre genial! Una madre que a sus noventa años sigue leyendo prensa escrita, una especie en vías de extinción, y guarda para cada hijo o cada nieto, lo que ella considera que nos pueda ser de provecho. Entre esta selección me reservó un Alfa & Omega -del 22 al 29 de abril de 2021- que empecé ojeando y terminé analizando. Me llamó la atención que este semanario, adalid de la prensa escrita oficial de la Iglesia en España no aporta apenas razones para profundizar en la fe, para empaparse de sana doctrina católica. No sé, una herramienta a mano con documentos y noticias que enriquezca a los católicos y a los que no lo son. Sin embargo, como en la mayoría de los ambones, también en Alfa y Omega se pierde una magnífica oportunidad de hacer el bien profundizando en la fe.

Me llamó la atención que este semanario - Alfa & Omega- adalid de la prensa escrita oficial de la Iglesia en España no aporta apenas razones para profundizar en la fe, para empaparse de sana doctrina católica

El semanario, de 28 páginas, podría publicarlo cualquier ONG con ascendencia moral. Esta deriva que vemos en Alfa & Omega, es decir, está forma de licuar el sentido sobrenatural de la Iglesia dando noticas buenas, buenistas y bien pensantes, con las que evita hablar de lo que verdaderamente le atañe a la Iglesia romana y católica, que es la salvación de todas las almas en este mundo, pero sin ser de este mundo, se ha convertido en el forma loquendi de los que se hacen oír. Me explico: de las 28 páginas solo hay dos artículos que hacen referencia directa a la fe: “Pedro está aquí” de Eva Fernández; “Habrá un solo rebaño y un solo Pastor” de Daniel Escobar Portillo, y ya. El resto lo puede publicar cualquier otro medio en su sección de sociedad, y no chocaría tanto verlo allí como chocan en este.

Por lo contrario, el semanario muestra dos intervenciones de los representantes más relevantes de la Iglesia en España, a saber el señor Arzobispo de Madrid, don Carlos Osoro, que en su “Carta semanal” dedica unas amigables palabras a los inmigrantes y a la permeabilidad entre los que llegan y los que estamos… Y dice que Los desafíos que nos plantea nuestro mundo complejo e interconectado necesita, hoy más que nunca, respuestas creativas, sostenibles y transformadoras. Pues señor Osoro, si no aporta algo más a la frase eso mismo lo podría haber dicho Pedro SánchezJoe BidenEmmanuel Macron o Carmen Calvo… Son palabras humanas llenas de mundanidad, porque convendrá conmigo que por encima de todo está el valor supremo del mensaje de la Iglesia, la salvación del mundo: id por todo el mundo y anunciad el evangelio (Marcos 16, 15-20) que es por lo que debemos caracterizarnos los cristianos, especialmente los que ostentan un cargo como el que usted representa, modelo y amparo de los católicos en general y de Madrid en particular. Soy de los que piensan que si cuando damos recetas no añadimos algún valor sobrenatural al mensaje, lo siento, pero no levantamos el vuelo. Nos quedamos en sentimentalismos, poesías, mensajes que no contrastan con la sociedad y la Iglesia está para traer fuego al mundo, no para retozar en la pradera: Fuego he venido a traer a la tierra, y ¿qué quiero sino que ya arda? (Lc 12, 49-53), y pongo esta cita por si alguien piensa que soy un católico fundamentalista y antisocial solo porque mi modelo sea Cristo, el mismo que para usted –supongo- y si algo caracterizó a nuestro Señor fue su entereza, la misericordia y la justicia con los pobres, y también la coherencia hasta la Cruz.

La sensación que tengo es que desde los despachos eclesiales se sigue pensando que en el primer mundo las cosas van bien, y considero que es un error garrafal

Por otro lado, el Presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal don Juan José Omella se dirigía a los asistentes de la Segunda Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española definiendo los retos de la Iglesia en España. En consonancia con el arzobispo Osoro, su discurso está vacío de planes de Dios y henchido de hombres y mujeres con ansias de lucirse. Comenta que le sorprendió la ley de la eutanasia, aprobada lejos de la sensibilidad social por el cuidado de las personas mayores y enfermas, pero no ha supo añadir que la persona tiene un valor eterno por ser un hijo de Dios, un alma de valor trascedente y que el enfermo tiene un valor incalculable para la misión evangélica de la iglesia, y también de paso para el mundo en general. No supo decir alto y claro que la eutanasia es un pecado grave porque ofende a la obra de Dios, es un desorden social y atenta contra la naturaleza del ser humano. La eutanasia es injusta sobre todo por eso. Más adelante, dice: “Ya no vivimos en una cultura inspirada por la fe…” ¿En serio? ¿Y qué hacemos que no la impulsamos? ¿A qué esperamos para pedir a los representantes de cada diócesis, cada parroquia, que se vuelquen en la Eucaristía o que se rece más en los hogares? ¿Cuándo hablarán desde los ambones y en los colegios católicos de Dios, de pecado y gracia, de sacramentos, de cielo e infierno…? También añadió que es el momento de la verdadera política que asume a todas las partes y que trabaje para el bien común de la sociedad. Punto. Esto lo podría haber dicho Pablo Casado y nadie hubiera pestañeado.

La sensación que tengo es que desde los despachos eclesiales se sigue pensando que en el primer mundo las cosas van bien, y considero que es un error garrafal. Me gustaría decir que Occidente es tierra de misión, pero de la misión más dura y ardua, que es la misión intelectual, la de los argumentos, la de la doctrina clara con fundamentos cristianos, y no la del vamos a llevarnos bien que son tres días, porque si el mundo no tiene a la Iglesia en frente –y con en frente digo enfrentada-, es trágico porque entonces la Iglesia está dando la espalda al mundo.

Ignacio y la compañía (EDAF) Laura Lara y María Lara. Cuando Ignacio de Loyola fundó la compañía de Jesús lo hizo en plena revolución luterana, quizá como respuesta a dos circunstancias: como respuesta firme de la fe que se desvanecía en media Europa y como conato de la reforma que la Iglesia necesitaba desde hacía siglo y medio. Hombres valientes con un espíritu claro que no se podía perder el sentido de la fe, justamente en esas circuntancias que bien podríamos decir que frente al cristianismo nos encontramos una ideología, la de género, que actúa en la sociedad como una religión dictatorial al puro estilo Calvinista, la vuelta de tuerca de Martín Lutero. ¿Necesitamos más ejemplos justo en este año que se cumple el 500 aniversario de la conversión del fundador jesuítico?

La evangelización de los católicos (Palabra) Scott Hahn. El autor es profesor de Teología y Sagrada Escritura y el Papa Benedicto XVI lo nombró catedrático de Teología Bíblica y Proclamación Litúrgica. El objetivo de este libro es explicar en qué consiste esa misión y cómo realizarla. Una excelente guía para ayudar a entender y vivir lo que significa ser católico evangelizador. Útil para laicos, sacerdotes y obispos...

Compendio del catecismo de la Iglesia Católica. A falta de pan buenas son tortas. A falta de pastores que pastoreen co la responsabilidad que les corresponde está el Evangelio, la vida modélica de hombres y mujeres que nos han precedido, pero sobre todo la formación de la fe, el conocimiento de la doctrina, la profundización de la verdades del Credo, aprender a fondo el valor de los sacramentos, los Mandamientos de la ley de Dios y de la santa Madre Iglesia... Entonces con los pulmones llenos de Gracia y sabiduría diremos palabras de sabias, llenas de Esperanza y asumiremos con valentía nuestra misión en la tierra desde la Iglesia. ¡Ánimo!