Por mucho que algunos digan que aumenta el respeto y la tolerancia esto no sucede con el derecho fundamental a la libertad religiosa (incluido en el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el artículo 16 de la Constitución Española), y de hecho, los cristianos siguen siendo el grupo religioso más perseguido del mundo. Una persecución que es de dos tipos, como ha advertido el Papa Francisco en varias ocasiones: por un lado, una “explícita” (de hecho, el Santo Padre considera que “vivimos en un tiempo de martirio”); y por otro, una “educada, disfrazada de cultura, modernidad y progreso” que termina por quitarle al hombre la libertad y el derecho a la objeción de conciencia.

Empezamos la crónica semanal sobre cristianos perseguidos aludiendo a la persecución “explícita” en África, el continente más violento por la expansión del yihadismo. En concreto, toca hablar de Burkina Faso. El pasado 24 de agosto, según informaciones recogidas por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), los islamistas asesinaron a 250 personas (100 más de las reconocidas de forma oficial) e hirieron a otras 150 personas, como informa Religión en Libertad. Todo ello, después de que días anteriores, tres parroquias fueran asaltadas y “cerca de 5.000 mujeres y niños buscaran refugio en la ciudad de Nouna, pero de los hombres no se sabía nada. En el asalto de una de esas parroquias, un testigo recuerda que un catequista logró rescatar el Santísimo Sacramento, pero “la iglesia fue vandalizada y las imágenes destruidas. Además intentaron profanar el tabernáculo y pintaron inscripciones en las paredes que tenían un fresco del Sagrado Corazón de Jesús”.

Burkina Faso (ACN)

Burkina Faso (Foto cedida por Ayuda a la Iglesia Necesitada -ACN-)

 

El 25 de agosto, en la localidad de Sanaba, los yihadistas rodearon la aldea, reunieron a la población, ataron a todos los varones mayores de 12 años que fuesen o bien cristianos, o bien seguidores del culto tradicional o bien contrarios a la ideología islamista. Después, los llevaron a un templo protestante cercano y degollaron a 26 hombres, entre ellos varios católicos. Estas víctimas se suman a los cerca de 100 cristianos que han sido asesinados en el área pastoral de Zekuy-Doumbala desde el pasado mayo y también hay otros muchos secuestrados, por lo que ACN llama a una oración por las víctimas y por la paz y la seguridad en este país cristiano, que vive el aumento de la violencia y de la persecución por la creciente actividad terrorista de los yihadistas de Al Qaeda y de Estado Islámico desde 2015.

Hace una semana, al final del rezo del Ángelus, el Papa Francisco expresó su dolor por el gravísimo atentado terrorista que golpeó una aldea de Burkina Faso, como recoge Vatican News. “He sabido con dolor que el sábado 24 de agosto, en la comuna de Barsalogho, Burkina Faso, cientos de personas, entre ellas mujeres y niños, fueron asesinadas y muchas otras resultaron heridas en un atentado terrorista. Al condenar estos atroces atentados contra la vida humana, expreso mi solidaridad a toda la nación y mi más sentido pésame a las familias de las víctimas. Que la Virgen María ayude al querido pueblo de Burkina Faso a recobrar la paz y la seguridad”, afirmó el Papa.

En Pakistán, muchos cristianos “son acusados injustamente de blasfemia y encarcelados… Para nosotros, incluso las cosas más sencillas de la vida diaria son difíciles, porque podemos ser acusados por algún vecino”, señala la cristiana Shagufta Kausar

Una cristiana de Pakistán, Shagufta Kausar, que fue encarcelada varios años y después liberada

 

Y de África a Oriente Medio, en concreto a Pakistán, donde los cristianos siguen siendo perseguidos, e incluso son condenados a muerte o a prisión, porque los musulmanes usan la ley y las falsas acusaciones de blasfemia para ello. De hecho, el número de presos por blasfemia contra el islam ya supera los 700, tienen dificultades para encontrar un abogado y son discriminados en el sistema judicial, según Shagufta Kausar (en la imagen, fotografía cedida por ACN), una mujer cristiana que es madre de cuatro hijas y que fue encarcelada por, supuestamente, enviar mensajes de texto insultando a Mahoma, a pesar de ser analfabeta y no tener móvil, cuenta Zenit.

En declaciones a ACN, la señora Kausar ha referido que los cristianos son “los más pobres entre los pobres” y “marginados”, y que “si usted es cristiano en Pakistán y es acusado de blasfemia, ningún abogado aceptará voluntariamente su caso y ningún juez estará dispuesto a fallar en él de manera justa”, en un país donde “grupos radicales han asesinado a abogados y jueces que declararon inocentes a los cristianos”. La señora Kausar y su marido discapacitado fueron absueltos y liberados en 2021, tras más de siete años de prisión y ahora viven en un país europeo después de haberles concedido asilo, pero no olvida lo que sucede en su país, donde muchos cristianos “son acusados injustamente de blasfemia y encarcelados… Para nosotros, incluso las cosas más sencillas de la vida diaria son difíciles, porque podemos ser acusados por algún vecino”; y también agradece a los benefactores de ACN por ayudarles.

 

De Oriente Medio a Europa, a un país que está en guerra desde el 24 de febrero de 2022: Ucrania. El obispo auxiliar de Donetsk, el salesiano Mons. Maksym Ryanukha, ha estado en Madrid, donde ha tenido un encuentro con algunos medios de comunicación del que ha informado la congregación salesiana, y ha subrayado que “el crecimiento de las vocaciones salesianas no ha decrecido con la guerra, a pesar de que la Iglesia Católica está muy perseguida en mi región ocupada”.

Meses después de la invasión rusa y del inicio de la guerra, una parte de los territorios de la diócesis de Donetsk fueron anexionados por Rusia. Un conflicto que ya no ocupa tantos minutos en los telediarios pero “la situación es dramática: 200.000 menores no van a la escuela y por el trauma de guerra que sufren muchos se olvidar de leer y de escribir”. Aún así, muchos no pierden la esperanza y se afanan en ayudar llevando ropa a los soldados o en ayudar psicológicamente a quienes han vivido el horror de la guerra o a quienes lo han perdido todo. “Es muy importante estar cercanos a la gente, es un signo de que Dios está ahí”, ha señalado Mons. Maksym Ryabukha. “Hacemos mucho esfuerzo para llenar de humanidad esta situación. La única forma de vencer la guerra es vivir en el amor”, ha subrayado, destacando que los sacerdotes ucranianos dedican su vida a ayudar en esta difícil situación, a pesar de poner en riesgo sus propias vidas.

“Es muy importante estar cercanos a la gente, es un signo de que Dios está ahí”, señala Mons. Maksym Ryabukha. “Hacemos mucho esfuerzo para llenar de humanidad esta situación. La única forma de vencer la guerra es vivir en el amor”, añade

Dado que cuidar de los niños y jóvenes es la dedicación de los salesianos, el obispo auxiliar de Donetsk ha mencionado algunas iniciativas, como el “oratorio sobre ruedas”, donde con coches y furgonetas, él y otros salesianos se acercaban hasta las zonas del frente para organizar actividades y llevarles ayuda. También muchas parroquias se han convertido en colegios para poder facilitar la educación e incluso en casas, donde “encuentran la fuerza para salir adelante, para sentir que no están solos”. Los sacerdotes católicos, pese a ser expulsados de los territorios ocupados por Rusia, han ido en busca de los jóvenes que necesitaban ayuda (comida, ropa, escucha, acompañamiento, etc.).