El pasado 18 de enero, una mujer acudió al centro médico de su pueblo, Mocejón, y fue trasladada al Hospital Universitario de Toledo. Aseguraba tener fuertes dolores y una gran pérdida de sangre "menstrual". 

La ginecóloga que la examina aprecia que se trata de un aboto, pero no encuentra al bebe en el vientre, la mujer niega haber estado embarazada. Los agentes de la policía se personan en el Hospital y acompañan a la madre a su domicilio. Entonces se declara la búsqueda del bebé. 

Para sorpresa de los agentes, cuando llegan a la casa, se encuentran a otro de los hijos, menor de edad, que asegura que fue él quien limpió y tiró al bebe a una bolsa de basura para después llevarla a un contenedor, donde los agentes encontraron al bebé ya fallecido. 

Se trataba de un bebé de 37 semanas de gestación, es decir, ocho meses y medio, y dos kilos y medio de peso. Se ha podido conocer que la mujer asegura que lo que recogió y tiró su hijo era sólo sangre: "no había feto. Solo una bolsa llena de sangre".

La mujer no se encuentra detenida, sino en su casa a la espera de la autopsia de su hijo. 

Hace apenas unos días conocíamos un caso similar en el que una mujer estaba acusada de arrojar a su bebé a un contenedor, aunque sostenía que había sido un aborto, situación similar a la de la mujer acusada de matar a su recién nacido, meterlo en una bolsa y ocultarlo, que pidió ser juzgada por aborto, no por asesinato. 

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En este caso pasará lo mismo, la mujer y su defensa terminarán alegando que el bebé nació ya muerto, por lo que pedirán que se le acuse de un aborto, no de un asesinato. Así, la pena pasaría de prisión permanente revisable a unos meses de multa. Además, con el coladero de la salud física y psíquica de la madre, en España se puede abortar hasta el mismo momento del parto. 

El aborto es un asesinato porque la vida humana comienza con la fecundación, y si tenemos esto claro, lo que ha hecho esta señora es un asesinato.