Mi querido Partido Familia y Vida se ha quedado en un boletín de buenas ideas, pero muy buenas. En su última entrega ha recordado que Pedro Sánchez pretende imitar a Emmanuel Macron, petición de sus socios comunistas de Sumar. Así pretende convertir el aborto y el homomonio en dos derechos constitucionales.
Es decir, que estamos ante una nueva muestra del fenómeno de nuestro tiempo: la blasfemia contra el Espíritu Santo. Porque claro, convertir el asesinato del ser más inocente y más indefenso, el concebido pero aún nacido, en derecho constitucional es como para mandar a esa nueva Constitución a freír espárragos.
Es, la blasfemia contra el Espíritu Santo, convertir el bien en mal y el mal en bien, el mundo al revés.