Sueña el rey que es rey, y vive 
con este engaño mandando, 
disponiendo y gobernando; 
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe, 
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar, 
viendo que ha de despertar 
en el sueño de la muerte? 
Sueña el rico en su riqueza, 
que más cuidados le ofrece; 
sueña el pobre que padece 
su miseria y su pobreza; 
sueña el que a medrar empieza, 
sueña el que afana y pretende, 
sueña el que agravia y ofende, 
y en el mundo, en conclusión, 
todos sueñan lo que son, 
aunque ninguno lo entiende.