Pensamiento Irene, extensible al resto del Sanchismo: si algo no funciona, hay que invertir más presupuesto. Lo vimos hace unos días con las acciones del Gobierno contra la violencia de género. Y si funciona, también: más dinero público para que siga creciendo. Es decir, pase lo que pase, más dinero público, para lo que hacen falta más impuestos. ¿Reducir gasto? Ni hablar. Eso es puro fascismo.

El mismo planteamiento le servirá a la ministra de Igualdad para reactivar su teléfono antirracismo. Piensa Irene que invertir 100.000 euros en una campaña publicitaria que incite a denunciar situaciones racistas, solucionará su problema. Como argumento, publica Ok diario, la documentación aportada por el departamento de Montero para justificar este contrato, las líneas de atención telefónica que ha puesto en marcha Igualdad están recibiendo un volumen de denuncias muy inferior del que esperaban los autores de la iniciativa. Y sostienen que se «infradenuncia» porque las supuestas víctimas de violencia no saben dónde denunciar. Y porque el teléfono de atención sólo funcionaba ocho horas al día, en lugar de las doce a las que se ha implicado ahora. 

Además, apuntan a las Fuerzas de Seguridad del Estado: «Las víctimas de incidentes racistas denuncian en muy pocas ocasiones este tipo de actos por tener poca confianza en las autoridades públicas o pensar que la denuncia no sirve para nada, lo que les frena a la hora de denunciar delitos y actos de discriminación racial».

La nueva campaña del ministerio de Igualdad incluirá diez piezas publicitarias «de sensibilización social contra el racismo y la discriminación racial». Deberán emitirse en televisión, radio, medios digitales, redes sociales, medios impresos, así como soportes de exterior como carteles y marquesinas. Oiga, y esto también lo pagamos los contribuyentes con nuestros impuestos.