El asesinato de la pequeña Olivia de seis años, en Gijón, ha puesto en el candelero la cuestión de la llamada violencia vicaria. En su caso, la asesina fue la madre por lo que, según el 'código Montero' no puede hablarse de tal violencia vicaria. Ese caso se da cuando el asesino es el padre. Y para reafirmar su postura la ministra de Igualdad excluye de ayudas y atención psicológica a los padres de hijos asesinados por la madre. A Irene sólo le gusta el 'hermana -que no hermano- yo sí te creo'.

Y es que, tal como recoge Ok diario,  el Ministerio de Igualdad considera lo que denomina «violencia vicaria» como un tipo de «violencia de género», de manera que deja a los padres fuera de su campo de actuación, tanto en lo referente a la prestación de ayudas públicas como en el ofrecimiento de atención psicológica. el departamento de Montero, según relata la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, al citado periódico, ha destinado 30.000 euros en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 al Consejo General de la Psicología de España para prestar ayuda psicológica a las madres de menores asesinados en «crímenes vicarios». De este modo, Igualdad excluye a los padres que como Eugenio ha perdido a su hija Oliva por el presunto asesinato perpetrado contra ella por su propia madre. O al padre de Yaiza, de cuatro años, cuya madre le asesinó para causar daño al progenitor. O al de Desireé, de siete años. El jurado popular encargado de valorar la participación de Ana Sandamil en el asesinato de su hija concluyó por unanimidad que la madre es culpable de estrangular a la pequeña de siete años, después de intentar intoxicarla con somníferos diluidos en agua. Durante el juicio se confirmó además que la menor trató de defenderse para zafarse de una muerte segura, y que la madre no se quería suicidar cuando se tomó un blíster de pastillas una vez se encontró el cadáver, sino victimizarse.

La violencia -la vicaria también- no tiene género, pero sí tiene víctimas. En estos casos, los más pequeños. 

A todo esto, en el colmo de la desfachatez feminista, los medios progubernamentales han lanzado una campaña contra el padre de Olivia, la niña asesinada por su madre en Gijón. RTVE, sin emitir juicio alguno sobre la mujer asesina, ha recordado que muchos años atrás el padre fue condenado por violencia de género tras una riña matrimonial pero, miren por dónde, pasados los años los jueces le quitaron la patria potestad a la madre, algo totalmente inusual en España, y consideraron que la niña estaría mejor con el padre. Y cuando Olivia se tenía que ir a vivir con su padre... su madre le mató. Seguramente se trató de enajenación mental transitoria. 

olivia