Lo cuenta Diario de Sevilla: un militar asegura ser mujer y estar discriminada por no poder utilizar los vestuarios de sus compañeras, a pesar de ser oficialmente una mujer. Las leyes de la exministra Montero siguen vigentes en el país, por ejemplo la ley trans.

Con la posibilidad de la autodeterminación un militar transgénero se ha cambiado de género en su DNI y en el registro. Su nombre es Francisco Javier L. G., de 42 años y vecina de Carmona. Francisco no se ha sometido a ninguna cirugía y no tiene previsto hacerlo: "Me gusta mi cuerpo, soy feliz con él y no pretendo cambiarlo". Tampoco quiere cambiar su nombre masculino. 

Sólo hay que ver a Francisco, scn sus casi dos metros de altura, barba y ropa de hombre, para darse cuenta que, a primera vista, su imagen no es femenina, aunque él se siente mujer. Según el medio, el militar "explica abiertamente que le gustan las mujeres, pues ella es lesbiana".

Francisco explica que el trámite de cambio de género fue fácil, solo presentó la documentación en el Registro Civil y posteriormente ratificó su decisión. A los tres meses, el juez sentenció que la considera mujer y en unas semanas ya tenía DNI: "Sólo tardó un poco más porque yo nací en Lanzarote y para que enviaran la partida de nacimiento se empleó algo más de tiempo, pero ya está".

Los problemas llegaron cuando comunicó el cambio de género en su trabajo y a sus oficiales: "No podía seguir utilizando un vestuario contrario a mi género, por lo que solicité el uso del vestuario que me correspondiera, que entiendo que debe ser el femenino, pues soy una mujer".

"Pensé que iba a ser algo más normal, porque yo siempre me he llevado bien con todo el mundo. Desde que solicité verbalmente el cambio de taquilla se encendió la pólvora. Todo eran rumores y oficiales que querían hablar conmigo. Me mandaron una citación para hablar con un mando jurídico venido de La Coruña para 'solventar unos problemas'. En ese momento me pregunté qué problema he causado yo, qué mal he hecho al Ejército o al Ministerio de Defensa. A partir de ahí dejé de dormir bien".

De esa reunión se emitió un informe en el que se aseguraba que se tenía que estudiar su caso en profundidad para garantizar su intimidad y la de sus compañeras. Mientras tanto, no puede usar las instalaciones femeninas porque hay una ocupación del 110%, por lo que, mientras se estudia el caso, le han concedido de forma provisional una zona de vesturario en el cuadro de mandos, que podrá usar en un horario determinado. 

Además, explica que los baños femeninos están siendo reformados y que cuando acabe la obra también le darán un espacio provisional del que podrá disfrutar del mismo modo, en un horario determinado. Algo que a ojos de Francisco es discriminatorio, por lo que iniciará acciones legales.

"Yo no sabía a lo que iba. Legalmente no te pueden preguntar por qué me he cambiado de género, aunque yo sí pueda explicarlo de buena fe. Si un juez ya me ha juzgado, y me ha declarado mujer, ¿Qué tiene que decir un abogado del Ejército?. Y, después, yo soy soldado, no soy cuadro de mando, hay personas con grados superiores a mí que encajarían mejor en esa habitación que yo".

Francisco asegura que siempre sintió "algo raro": "Cambiar de género no es algo que se produzca de la noche a la mañana. Yo estoy feliz con mi cuerpo y me gustan las mujeres, pero me di cuenta de algunas cosas y me sentía mujer. Por ejemplo, soy esteticista, y me siento mejor hablando con mujeres que con hombres".

"Cuando salió la ley nueva, le pregunté a mi hija si le importaba que me hiciera mujer. Ella, que tiene diez años, me dijo que no le importaba y tomé la decisión de hacerlo. Sabía que, al ser militar iba a ser algo complicado, pero tenía la decisión tomada. No soy transexual, porque a mí me gusta mi sexo. No me voy a amputar ni me voy a operar. Estoy feliz con mi cuerpo y me gustan las mujeres".

"Pensé que la integración como personal femenino sería mucho más fácil. No creo que a toda mujer que llegue nueva al acuartelamiento se le tenga que presentar un teniente coronel jurídico. Me dicen que es algo que no está legislado, ¿Pero qué hay que legislar?. En la ley no hay ningún apéndice específico para el personal del Ministerio de Defensa".

Además, Francisco cuenta que se enteró de que sus compañeras fueron convocadas a una reunión para informarles: "No entiendo por qué entonces no se me avisó a mí. Si la reunión era con todas las mujeres, a mí me excluyeron. Yo he hablado con varias compañeras y me han dicho que tengo problemas. Me dicen 'Chico, tú te cambias al lado mía'. Lo de Chico es un apodo. Pero tampoco me molestaría si me lo dijeran sin mala intención, no tengo la piel tan fina".

Caso que recuerda al del Ertzaintza que se cambió de género y pasó a usar el vestuario de sus compañeras.