Lo explicaba en Hispanidad Pablo Ferrer: Perplexity ofrece 34.500 millones de dólares por Chrome. No me parece una cifra muy alta: el buscador Google es un monopolio global pero equiparable a Vinicius Junior: su calidad es formidable, su comportamiento repugnante.
Desde hace tres meses, Google, el verdugo del periodismo libre publica, antes de su lista de enlaces con medios informativos, una resumencito hecho por su asistente de inteligencia artificial, Gemini. Naturalmente, todo el mundo busca por Google y al 99% de los clientes le basta con el resumencito sobre el tema del que desea estar informado y no entra en las WEB de los periódicos que han elaborado esa información, los dueños de la propiedad intelectual.
Es decir, que Google ya no sólo le roba la información al periodismo sino que él se encarga de hacer un resumen, es decir, de orientar la información por lo políticamente correcto -que en eso consiste la IA- y, de paso, arruina a los periódicos, a los que roba su información y sus ingresos publicitarios.
Según diversos estudios, esto ha provocado que la prensa digital pierda entre un 50 y un 70% de sus lectores. Es decir, que si Google ya arruinaba a la prensa libre robándole la información y la publicidad -y encima censurando a la prensa en nombre de los estúpidos principios estúpidos del Nuevo Orden Mundial (NOM)-, ahora Google le quita tambièn a sus lectores con la IA y condena definitivamente a la ruina al periodismo digital. A la prensa papel ya le ha condenado Internet y la adicción a las pantallas.
Es el fenómeno de nuestra época, que acontece ante un silencio 'ostentóreo' de la mayoría: Google está destruyendo el periodismo y, con él, la libertad de información y la democracia misma.
Sí, en contra existe un proceso judicial contra el monopolio mundial del buscador norteamericano pero está fracasando por su lentitud, por la indiferencia social... y por el fatalismo de los propios editores, asimismo una figura llamada a desaparecer, asesinada por su idiocia militante. Por el determinismo fatalista de los editores y porque el cuerpo social, la humanidad del siglo XXI, cada día valora menos menos la libertad y más la utilidad.
Sé que el periodismo cometió un gran error en el año 2000 cuando, recién nacido Internet, decidió no cobrar por su información: ahí cavó su tumba. La WWW nació como un paraíso de libertad y, en buena parte, lo sigue siendo gracias al periodismo ciudadano de las redes sociales que, a pesar de todos sus excesos, sigue siendo algo formidable, pero el periodismo profesional está en el subsuelo.
Y el proceso ha ido a más: la inteligencia artificial de Google no sólo nos lleva a la desaparición de la prensa -la digital, que la física ya está en periodo agónico- sino a algo mucho más grave: al pensamiento único... de Gemini. Quien hace el resumen, sobre todo en una sociedad informativamente saturada, controla el mensaje y controla el relato: es decir, controla el poder. Más le vale al ser humano que no sea una máquina quien le dicte las conclusiones.
Por cierto, en paralelo, a la muerte de la prensa sigue la muerte del dinero físico, protector de nuestra intimidad: que no nos pase nada.
¿Dónde está la salida contra el mayor ataque a la prensa libre y a la libertad de pensamiento de toda la historia? Pues en la permanencia de la prensa papel y en la ruptura de los editores con Google... además de aplicar contra el buscador norteamericano de Serguéi Brin y Larry Page -dos de nuestros peores ciudadanos- el principio que siempre se ha aplicado contra los monopolios: el troceo.
En definitiva, la salvación estriba en la resurrección de la presencialidad y en la resurrección de esa lucha contra el monopolio. De la misma forma que se hizo con el monopolio petrolero de la Standard Oil o con el monopolio telefónico de la AT&T, Google debe ser troceado... o hacer otros 'googles'. Y, mientras se fabrican, prohibir Google por decreto. Sí, de dicho por decreto. Por ejemplo en Europa, que con el buscador único se ha convertido en una colonia de Estados Unidos.
Con Google nos jugamos la democracia misma. ¿Saben quién es el mejor amigo que tiene Google en España? Sí, el paladín de la democracia, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.










