El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha mantenido un encuentro de unos 50 minutos con el Papa Francisco en el Vaticano, convirtiéndose en el cuarto miembro de Gobierno que recibe el Pontífice, después de Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Carmen Calvo. 

En rueda de prensa posterior al encuentro, el ministro decía sentirse "honrado" y "muy agradecido", hacía hincapié en la "cercanía y complicidad" entre ambos, y aseguraba que lo que más le ha "impresionado" de Francisco es que es un "hombre bueno". Menos mal que nos lo aclara, señor ministro, pensábamos que sería malo. 

"Cuando el mundo lo gobiernan las buenas personas, nos va mejor a todos", afirmaba Félix: que nos lo digan a los españoles, que nos gobierna Pedro Sánchez. 

"Ha sido inspirador. Tiene los mismos valores que este Gobierno". Repasemos un momento los valores no negociables que un católico, y más el Papa, debe tener: vida, familia, libertad educativa y bien común. De acuerdo, y el ministro nos está diciendo que esos son los valores del Gobierno, el mismo Gobierno de la ley del aborto, de la ley de la eutanasiade la ley Celaá. Cómo ha cambiado este Gobierno en lo que ha durado el vuelo a Roma, y nosotros sin enterarnos. 

Claro está, el ministro ha aclarado que esos valores son el "diálogo y solidaridad", y ha recalcado, una vez más, que España es el quinto país más solidario con Ucrania, en una semana, hemos bajado una posición, ya no somos el cuarto, no sabemos qué ha podido pasar. 

Cómo no, como eje central de las declaraciones de Bolaños, han estado los abusos sexuales a menores, esos famosos 500 casos de curas pedófilos que corresponden a los últimos 80 años, esa pedofilia que representa el 0,2% de la pederastia total. El ministro aclaraba que ha visto al Papa receptivo en la protección de las víctimas. Insisto, el Papa que describe Bolaños nos deja perplejos, no nos cabe en la cabeza cómo puede querer que se repare a las víctimas. Y ojo, porque con más cara que espalda, el ministro Bolaños asegura que en este tema, el diálogo con la Iglesia católica española, es la base: ¿llama usted diálogo a obligar a los obispos a pasearse por el Congreso, como si de un circo se tratara, para fusilarlos en la plaza pública? Qué magnánimo es usted, señor ministro. 

Félix ha hecho gala del "diálogo continuo con la Conferencia Episcopal Española":  "Nos ha felicitado de que la comunicación sea continua, animándonos a seguir avanzando", aunque hay que continuar con la labor para alcanzar "acuerdos en las próximas fechas". Asegurando que "le he trasladado la voluntad del Gobierno de continuar la senda de diálogo con la Iglesia católica para resolver los asuntos de interés común": hombre claro, que el Papa no se olvide que las cruces son franquistas y que el dogma climático debe sustituir los mandamientos católicos. 

Bolaños ve al Papa "muy comprometido con continuar con sus reformas para acercar la Iglesia a la ciudadanía" puesto que Francisco es una figura "que transciende más allá de la Iglesia y de sus fronteras", "está acercando a la Iglesia católica al pueblo". Ahora resulta que es el profeta Félix el que dicta los pasos que debe seguir la Iglesia en su misión. ¿Próximo paso? Como buen ministro de la memoria democrática, demoler la cruz, ¡esa horrible cruz!