La Iglesia vive de la Eucaristía (San Juan Pablo II) y la Eucaristía hace la Iglesia (Francisco)

Observen estas fotos de Hispanidad. Es la Iglesia de San Antón, en la céntrica calle Hortaleza de Madrid, encomendada al Padre Ángel, de Mensajeros de la Paz. 

Han colocado al Santísimo en un escaparate, con vistas a la calle. Está bien eso de abrir las puertas de los templos al pueblo pero así no se muestra al Rey de Reyes. Al Santísimo sólo se le saca del Sagrario para adorarle y no creo que eso se pueda hacer desde la calle Hortaleza.

Ahora interpretémoslo como una llamada al transeúnte para que interrumpa sus quehaceres ordinarios y entre a adorar. Pues bien, como lo que han montado en San Antón más que de una capilla se trata de un escaparte, resulta que no cabe nadie. Hay dos reclinatorios, allí no caben más adoradores.

¿Es este el trato que merece el Rey de Reyes? Quien lo haya montado, ¿cree realmente que en la forma consagrada está el mismísimo Dios, con su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad? Yo lo dudo. Y por favor, no confundamos la ignorancia -o el desafecto, que es peor- con la libre discrepancia. 

Padre Ángel: me parece estupendo que viva usted pendiente del pueblo pero también que viva usted pendiente de Dios. Ya sabe, el primero, amarás a Dios sobre todas las cosas. El segundo, al prójimo como a ti mismo. No invirtamos el orden de los factores porque sí que altera el producto.