No hablaré hoy de la Covid. Desde que se gripalizó, las cifras de infectados, de hospitalizaciones, incluso de muertes, ya no preocupan a nadie. Y el poder, ademas, puede presumir de que, dado que ya no hay histeria mediática, son las vacunas, sus vacunas, las que nos han salvado. Y así, por citar algo, aprovechando los cuatro años de Sánchez en Moncloa -que, en efecto, se han hecho larguísimos- el presidente del Gobierno alardeó de su éxito frente al coronavirus: somos el segundo país del mundo (sólo por detrás de Perú) en número de muertos por Covid. En términos relativos, se entiende, sobre el número de habitantes. 

Y ahora, vamos con los HSH. Recuerden que, en defensa de la homosexualidad, se prohibió hablar de homosexuales y se pasó a emplear las siglas LGTB que, además, para mayor confusión, van alargándose un día tras otro. Pero ahora eso no basta,  porque la mayoría podría enterase de qué estamos hablando. 

Debemos ser aún más políticamente correctos. Por tanto, ahora se imponen las otras siglas HSH, que significan, no se olviden por favor, hombres que tiene sexo con hombres. 

Y todo esto viene a cuento de que la viruela del mono, la nueva pandemia, o así, pues resulta que, parece ser, ha surgido en una sauna gay frecuentada por gays. Y que, al mismo tiempo, se habla y no sé para de que se trasmite por intercambio de fluidos.

Y de inmediato surge la reacción instintiva: la locutora Sandra Golpe, líder del telediario de mediodía, asegura que: ¡Ah, ya hay una mujer con viruela del mono! 

Pues sí, hija, ya habrá más pero eso no quita la posible -digo posible, naturalmente- relación entre viruela del mono y homosexualidad, dado que existen, doña Sandra, los bisexuales. En cualquier caso, repito el viejo adagio: Dios perdona siempre, el hombre algunas veces, la naturaleza nunca: es inmisericorde.

Hombres HSH (hombres sexo con hombres) y mentes MSL (mentes sin límites): ¡Todos locos!

La otra noticia preocupante es la siguiente: recuerden que cuando se relata una pandemia, todos los gobiernos deben obedecer a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, pasando de lo general a lo particular, a Tedros Adhanom.

Lo digo porque le hemos cogido el gusto a lo de las pandemias y parece que quieren convertir a la OMS es una especie de pregobierno mundial de la salud.

Y recuerden, cuando se declara una pandemia, el que manda es Tedros.