Este 21 de marzo, en el Día Mundial del Síndrome de Down, el «European Center for Law & Justice» y un grupo de antiguos jueces del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de expertos de la ONU han pedido a dicho tribunal que reconozca que el aborto eugenésico de niños con síndrome de Down debe de ser prohibido por respeto a los derechos de las personas con discapacidad, recoge Infocatólica de ECLJ.

Este paso no tiene precedentes en la historia del Tribunal Europeo. Es la primera vez que antiguos jueces actúan de esta manera ante el Tribunal y que la cuestión del aborto eugenésico se plantea de forma tan directa. Hay que decir que la cuestión de la eugenesia está en el centro del debate sobre el aborto en los Estados Unidos, en las Naciones Unidas y ahora en Europa, recuerda Infocatólica.

Es la primera vez que antiguos jueces actúan de esta manera ante el Tribunal y que la cuestión del aborto eugenésico se plantea de forma tan directa

Los defensores de la vida de las personas con discapacidad pueden apoyarse no sólo en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, sino también en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en la que se basa el Convenio Europeo. En efecto, los redactores de la Declaración Universal se negaron a incluir una excepción al respeto del derecho a la vida para permitir «la prevención del nacimiento de niños discapacitados mentales» y de niños «nacidos de padres que padecen enfermedades mentales». La razón de este rechazo fue la similitud de esta disposición con la circular del 13 de septiembre de 1934, en la que el régimen nazi autorizaba secretamente el aborto a las mujeres que pudieran tener «descendencia hereditaria enferma», añade Infocatólica.

En el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, los jueces están viendo un caso (M. L. contra Polonia, nº 40119/21) presentado por una mujer que se queja de no haber podido abortar en Polonia, ya que esperaba un hijo con síndrome de Down. Pidió una indemnización por las molestias sufridas y los 1.220 euros que gastó para ir a los Países Bajos a abortar. Más allá de esta reclamación concreta, la verdadera cuestión es si el Convenio Europeo de Derechos Humanos permite a los Estados prohibir el aborto eugenésico y, más aún, si esta prohibición constituye una violación de los derechos humanos.

El régimen nazi autorizaba secretamente el aborto a las mujeres que pudieran tener «descendencia hereditaria enferma

Precisamente, en el Día Mundial del Síndrome de Down, en la sede española de la Fundación Jérôme Lejeune continúa la labor del Dr. Jérôme Lejeune descubridor del origen genético del Síndrome de Down: ‘Cuidar, investigar y defender’ a las personas con discapacidad intelectual de origen genético fue la misión a la que Lejeune dedicó su vida y a lo que se dedica hoy por todo el mundo la Fundación.

Actualmente, varios informes de revistas especializadas en genética humana, demografía y síndrome de Down apuntan que en 42 años esta población ha disminuido en España aproximadamente en un 88%, mientras que la media europea está en un 54%. A la luz de estos datos, el director de la Fundación Jérôme Lejeune, Pablo Siegrist quiere dejar claro que “desde el punto de vista científico no tiene ningún sentido la eugenesia encubierta que se está produciendo de un tiempo a esta parte sobre las personas con Síndrome de Down, pues si se les da la oportunidad de nacer tienen mucho que aportar a la sociedad. De hecho, son seres humanos muy valiosos”. Por eso, anima a la sociedad a “no mirar hacia otro lado, como tampoco hizo el Dr. Lejeune, considerado padre de la genética moderna”.

Desde la Fundación se insiste en la necesidad, hoy, de, además de visibilizar las capacidades y logros de las personas con trisomía 21; además de pedir que se intensifique su investigación e inclusión social y laboral; debemos reivindicar su derecho a nacer. Siegrist explica que “el origen de la vida de un ser humano está en su concepción, momento en el que aparece un individuo diferenciado de sus progenitores con un patrimonio genético humano único y un programa de vida autónomo” y, por tanto, hace un llamamiento a la sociedad y le pide que “sea coherente y defienda la vida de las personas con síndrome de Down y su desarrollo en todas sus etapas, desde que son concebidos hasta que mueren de forma natural”.

Siegrist hace un llamamiento a la sociedad y le pide que “sea coherente y defienda la vida de las personas con síndrome de Down y su desarrollo en todas sus etapas, desde que son concebidos hasta que mueren de forma natural

El Síndrome de Down, cuya causa genética fue descubierta por el Dr. Lejeune hace 64 años, es actualmente muy conocido y las personas con trisomía 21 aceptadas socialmente. Sin embargo, desde que existen pruebas de diagnóstico prenatal que detectan malformaciones o enfermedades congénitas y desde que el aborto se despenalizó en los tres supuestos, terapéutico, criminológico y eugenésico, el número de personas que nacen con síndrome de Down no hace más que decaer. A pesar de esto, los datos muestran un aumento del 194% en la tasa de actividad de este sector de la población. 1 de cada 6 personas con Síndrome de Down en edad de trabajar (en su mayoría jóvenes), están desempeñando una actividad laboral. Este hecho ratifica que la sociedad valora positivamente su aportación al mundo en el que vivimos.

Desde la Fundación Jérôme Lejeune se mantiene un firme compromiso con las personas que padecen esta alteración genética del par cromosómico 21. De hecho, este mismo jueves, 24 de marzo, celebrarán la 10ª Conversación de Bioética «Síndrome de Down y ética del acompañamiento médico: neurología y neurodesarrollo»  en la que diversos expertos analizarán, a la luz de los avances médicos y científicos en el área de la neurología, cómo afrontar el acompañamiento médico de las personas con Síndrome de Down. La asistencia a este acto está disponible.