Joaquín Leguina (COPE): “¿Qué ha hecho Sánchez para juntar fuerzas? Nada”

En la COPE, Joaquín Leguina opinaba: “Por lo visto está ya todo atado. Lo que ocurre es que empezó Sánchez con un apoyo masivo y cada vez tiene menos apoyos. La apuesta del PP me parece arriesgada porque ya se ha visto que les iban a echar la culpa de todos los muertos a partir de ahora. Pero, ¿qué ha hecho Sánchez para juntar fuerzas? Nada”. 

En Onda Cero, Fernando Ónega apuntaba: “Quiero entender que no solo hay una corrección de rumbo, sino que Ciudadanos vuelve a su ser, o por lo menos lo intenta. Vuelve a actuar como un partido de centro, que sostiene al PP en algunos gobiernos y que pacta con el gobierno de la nación en asuntos trascendentales.

Si hubiera actuado así cuando tenía medio centenar de escaños y Pedro Sánchez pensaba que Podemos en el gobierno no le dejaba dormir, nos hubiéramos evitado una repetición de elecciones y la coalición posterior con Pablo Iglesias y estaríamos en una política menos tensionada. Pero pasó lo que pasó, Albert Rivera soñó con desbancar al PP, se equivocó de ambición y hoy está en un despacho de abogados.

Inés Arrimadas se encontró un partido del que se fugaron sus propios fundadores y con una caída electoral que lo dejó en diez escaños. Pero miren para qué vale tan pequeña representación: a efectos de partido, para salirse del trío de Colón, eso que se llamó el ‘trifachito’, y buscar un nuevo espacio marcado por el diálogo, que buena falta hace en este país. A efectos de política general, para salvarnos de la disyuntiva dramática de Ábalos: "o alarma o caos" y para lo más justo, mantener los ERTE y las ayudas sociales después del confinamiento.

Y detrás de todo ello, una lección para el señor Sánchez: no se puede menospreciar a la oposición. No se puede dejar un acuerdo vital para el último minuto. Si no fuese por Arrimadas y quizá por el PNV, hoy podríamos estar ante un abismo legal”.

En Onda Cero, Carlos Alsina decía: “Escuché a Sánchez decir en el Senado que de su partido y el de Pablo Casado se espera un acuerdo. Me temo que los acuerdos no se esperan. O se desean. Los acuerdos, presidente, se trabajan.

Sánchez ha acreditado muchas cosas en su vida política. Determinación, resistencia, sentido de la oportunidad, instinto, ambición. Aptitud para cambiarle el nombre a las cosas. Aún no ha acreditado capacidad para ponerse de acuerdo con el primer partido de la derecha. No ha acreditado habilidad para persuadir a sus adversarios ideológicos. A los acuerdos llega a rastras y sólo cuando no le queda otra para seguir estando donde está. Llega a los acuerdos en estado de desacuerdo. A rastras llegó al pacto de gobierno con Podemos. A rastras llega ahora al acuerdo con Ciudadanos”.

En la COPE, Jorge Bustos señalaba: “El estado de alarma iba a salir desde el momento en que parecía que la abstención del PP por responsabilidad ya que es verdad que no había alternativa iba a salir y después del portazo de ERC, Arrimadas ve el hueco para poder sentarse, ocupar su silla y condicionar al Gobierno a corto y medio plazo. A corto, para obligarle a una salida ordenada del estado de alarma, empezando pro desvincular las ayudas a los ERTEs y a las pymes y autónomos; y a medio plazo para ir erosionando ese monstruo de Frankenstein, sacando a los separatistas catalanes, poniendo nervioso a Podemos y preparando quizá una negociación presupuestaria. Vamos a ver. Esto va a alterar la correlación de fuerza parlamentarias, y creo que ha metido ahí la cuña Arrimadas para obligar en la medida de lo posible a Sánchez a girar hacia el centro”. “Es una jugada para intentar condicionar a Sánchez, más bien en el medio que en el corto plazo”.

El juez Vázquez Taín destacaba: “El estado de alarma no es el único mecanismo jurídico del que disponemos para enfrentarnos a una pandemia, es decir, para poder centralizar recursos, imponer un mando único y aprobar leyes con carácter de urgencia. Pero es el más ágil porque es como un cheque en blanco, el Gobierno va gestionando y los otros ratifican. Lo que es curioso es que el Gobierno se sienta tan cómodo con cheques en blanco y no quiera sentarse a negociar con los demás partidos un consenso. Los otros mecanismos son la aprobación de leyes por el trámite de emergencia y la negociación con los partidos, con la comunidades autónomas, todas aquellas medidas que se van a adoptar. Este mecanismo es el que está adoptando tanto Portugal, como Dinamarca y Alemania, y son ejemplo de buena gestión. Para este segundo mecanismo es necesario el consenso y este Gobierno solo quiere un consenso, el que le deje las manos libres para hacer lo que le dé la gana”. “Entiendo que este debe ser el último y después que se busque el consenso y el debate en el Parlamento, que es donde debe estar”.

Gloria Lomana afirmaba: “Ahora tiene la mitad justa del Parlamento y casi de milagro. Yo apostaba por que en esta ocasión ya no tuviera tantos apoyos como para sacarlo adelante. Porque en este tiempo lo que hemos visto es que se ha sometido la situación al dilema de tener que elegir entre salud pública y suspensión de derechos. Y yo creo que la gente se ha dado cuenta de que al final se pueden restringir esos derechos, pero lo que hoy se va a analizar en el Congreso es que los ciudadanos puedan salir de esta situación sin que se les suspendan derechos fundamentales a golpe de órdenes ministeriales y sin dar explicaciones en el Parlamento”.

En la COPE, el economista José María Gay de Liébana comentaba: “La crisis sanitaria, al aflojar la pandemia del coronavirus, deja paso descaradamente a la crisis económica y una cruel demostración del lance al que se enfrenta nuestra economía es la cara amarga del paro. Si la EPA de la semana pasada quedaba desfigurada por la aplastante realidad de los acontecimientos, los datos de la Seguridad Social de ayer constituyen premonición de la seria disyuntiva que encaramos y advertencia de la crisis social que está germinando. 548.000 menos afiliados, 283.000 más desempleados, 3.830.000 personas en el paro que computa la Seguridad Social y 3.400.000 personas afectadas por los ERTE. El panorama se complica. En esos trazos rasgados de nuestro mercado de trabajo se desliza la mayor sensibilidad de nuestra economía a la plaga de la Covid-19.

El modelo productivo de España pone de manifiesto que, al cierre de 2019, el 68% de nuestro PIB lo aporta el sector servicios junto con comercio. Ese protagonismo del sector terciario implica que en 2019 el 76% del empleo se concentre en servicios y comercio. Y en los servicios, están el turismo, la restauración, la hostelería…, más la relevancia de la actividad de pequeños, medianos y grandes comercios y, además, ocio y espectáculos. El brusco frenazo en seco del consumo privado, a causa del confinamiento y de la paralización de la actividad económica, golpea a nuestro sector terciario y daña sin piedad el empleo que genera. Lo malo es que las perspectivas son harto complicadas para combatir la epidemia del paro y, sobre todo, para que nuestra economía pueda regenerarse, primordialmente en el conjunto de actividad inherentes al turismo. La fatídica evidencia exige actuar; de lo contrario se avecinan tiempos de calamidades económicas y sociales”.

En la SER, José María Izquierdo opinaba: “¿Es posible que todos y cada uno de los centenares de periódicos de papel o digitales, emisoras de radio y televisión, e incluso redes sociales que circulan en España se hayan confabulado de manera torticera, para silenciar paladinamente los brillantísimos y eficaces planes de desescalada que tiene elaborados, hasta el mínimo detalle el Partido Popular, tan concienzudamente preparados bajo el supremo magisterio del pimpollo Casado?

Porque este Ojo, quizá por tuerto, no los ha leído, escuchado o visto en ningún lugar. Solo si el llamado líder de la oposición se nos hubiera presentado a los españoles con ese bagaje se entendería su atrevimiento para negar el pan y la sal a quien sí los ha elaborado, organizado y pagado. Esto es, el Gobierno de Pedro Sánchez.

Veremos hoy qué pasa, porque la novedad es que la nueva dirección de Ciudadanos, Rivera kaput, ha encontrado la ocasión oportuna para ir dejando en dúo a aquel penoso trío de Colón”.

En la SER, Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso, ha explicado: "El estado de alarma no tiene que llegar hasta el final de la desescalada". "Si vamos a fases de una relación social y laboral mucho más relajada, ¿cómo no vamos a poder organizar una votación con las medidas necesarias?". "Era necesario defender una autonomía dentro de unos parámetros". "Lo que no puede es haber un mando único tal como lo había planteado el Gobierno español. Esa no es la distribución competencial ni la manera más adecuada de luchar contra la pandemia". "El peligro de la pandemia es grave y hemos intentado buscar una solución".