Reutilización textil y solidaria: otra forma de inserción laboral para personas en riesgo de exclusión social
El sector textil fabrica millones de toneladas de ropa al año que se ponen a la venta en todo el mundo y por ende, también la cifra de desechos es muy elevada. Por esta razón, cada vez apuestan más por producir de forma sostenible, así como por dar una segunda vida a las prendas a través de la reutilización y el reciclaje. Estos dos últimos procesos buscan cuidar al medio ambiente y a las personas, pues se han convertido en una forma de inserción laboral para las que están en riesgo de exclusión social. “Las empresas del sector textil tienen una responsabilidad con las prendas que ponen en el mercado y nosotros les ayudamos a “dar el mejor destino a las prendas usadas”, cuenta Rubén Requena, técnico de proyectos de empleo en Cáritas Española, a Hispanidad. En concreto, anteponen la reutilización al reciclado, destinando la ropa a personas sin recursos o a sus tiendas solidarias de segunda mano. Una tarea con valor añadido, pues “no sólo se hace un buen trabajo medioambiental, además hay un tema social al estar dirigido a dar empleo a personas en riesgo de exclusión social”, añade. El proceso empieza con la recogida, que se hace de diversas formas. “Por ejemplo, en nuestra colaboración con Inditex, la recogida se produce mediante los contenedores que la compañía ha instalado en las tiendas de Zara de España. Otra vía es la ropa que la marca recoge en casa de los clientes que así lo solicitan cuando hacen un pedido online”. Y otra opción es la recogida a través de contenedores situados en las calles.
Todo el dinero obtenido en las tiendas de segunda mano y en la venta a plantas reciclaje se reinvierte en el proyecto
La ropa recogida se traslada a los 27 almacenes que Cáritas tiene en España y desde allí se envía a sus tres plantas de tratamiento (Bilbao, Valencia y Barcelona) para “sacar el máximo partido a las prendas y que éstas tengan el mejor destino ético-social”, explica Rubén Requena. Allí se separa y clasifica la ropa según cuatro usos: la que está en buen estado, tras ser higienizada, se manda a las más de 80 tiendas de segunda mano -a las que también acuden personas necesitadas con un vale que reciben en los servicios de acogida y en los parroquiales (una entrega más digna que la del tradicional ropero, que aún existe)-; la que puede reutilizarse pero no tiene suficiente calidad para venderse va a proyectos sociales fuera de España (Chile y Rumanía), el resto se vende a plantas de reciclaje y cerca del 2% se aprovecha como valor energético (se combustiona para generar electricidad). Por tanto, se apuesta por el residuo cero. En estas tres plantas, Cáritas trató 25.000 toneladas de ropa, de las que el 40% llegó a través de los nuevos contenedores e Inditex contribuyó con 3,5 millones de euros a la mejora de dichas instalaciones. Además, hay que añadir que todo el dinero que se obtiene, tanto en las tiendas de segunda mano como en la venta de prendas a plantas de reciclaje, se reinvierte en el proyecto. Pero, sin duda, el principal objetivo de esta tarea de re-utilización textil solidaria es la inserción laboral de personas en riesgo de exclusión social. En este proyecto de Cáritas trabajan “unas 600 personas en toda el España, de las que el 60% son puestos de trabajo para personas vulnerables y el 40% pertenecen a la estructura para mantener el proyecto”, señala Rubén Requena. Cada una de estas personas vulnerables “logra un contrato de trabajo que viene con unos compromisos laborales, unas habilidades y unas responsabilidades”, añade. Por ello, tienen un itinerario adaptado, que dura entre uno y tres años como máximo, para conseguir el verdadero objetivo del proyecto: integración en el mercado laboral ordinario, lo que se está alcanzando en el 40% de los casos. El itinerario empieza a través de la acogida y avanza al ritmo de la persona, facilitando su proceso de autoconocimiento e identificando dificultades y potencialidades. El acompañamiento individualizado continúa a lo largo de todo el proceso, en el que se van desarrollando diferentes acciones (por ejemplo, se le da formación para que obtengan el carnet de carretillero) para mejorar su empleabilidad, así como sus oportunidades de acceder a un empleo digno. Pero Cáritas no sólo apuesta por la inserción laboral con este proyecto textil, en el que participan varias de sus entidades locales específicas (Koopera, Roba Amiga, Arroupa o Latido verde, entre otras), también tiene otros programas en los sectores de la hostelería, la jardinería o la mensajería, por ejemplo. En su Programa de Empleo, al servicio de personas en situación de exclusión social, ya han participado 72.040 personas (de las que 38.902 eran españoles) y 16.597 han accedido a un empleo ordinario. Una muestra más de su apuesta por la economía solidaria, que pone a la persona en el centro. Mariano Tomás mariano@hispanidad.com © Fotografías cedidas por Cáritas Española.