
Siendo aún muy joven y con una sonrisa siempre a mano, Vicente Guillem Pina llegó a Gijón desde su Ibi natal en los años treinta. El entorno montañoso de este pequeño pueblo alicantino, situado a cincuenta kilómetros de la costa, dio pie al desarrollo de la actividad de los nevateros, un oficio medieval dedicado a recolectar y almacenar nieve para su posterior comercialización. Ese creciente interés permitió crear una industria alrededor del helado que, luego, se transformaría en la del juguete. Pero contribuyó a que media España quisiera llevarse este alimento frío a la boca ya en la era moderna.

Así que, vendiéndolos por las calles con un carrito, Vicente, “el heladero”, decidió asentarse en Asturias para montar un negocio en el barrio gijonés de Somió. Era 1934 y, entonces, empezó a dar sus primeros pasos La Ibense Astur, una conocida heladería que, entre otras cosas, es famosa por su receta de bombón de nata artesana. Es un producto fácilmente reconocible por su icónica bolsa plateada con estrellitas, que envuelve un helado artesanal cubierto por una fina capa de chocolate y caracterizado por su sabor intenso.
Respeto por la tradición traída hacia el presente
Tradición, calidad y prestigio son los principales valores de este negocio para siempre, cuya actividad se mantiene gracias a la dedicación y vitalidad de la familia. Sus administradores son José Manuel Martínez y María Antonia García Guillem. Esta última es bisnieta del fundador. Ha pasado numerosas décadas en ese pequeño local repleto de historias y recuerdos de antaño. “Toña”, como le conocen sus allegados, es consciente de la exigencia de los comercios tradicionales. “Aquí hacemos de todo”, reconoce, con ese orgullo de haber traído al presente una idea empresarial, máxime a las dificultades del mercado.
Las señas de identidad de La Ibense Astur: calidad, servicio, amabilidad y respeto por las tradiciones

Los orígenes de la heladería fueron “por necesidad”. “Mi abuelo vino aquí a trabajar. Luego ya se instaló y se casó con mi abuela, que también era de Alicante”, cuenta la empresaria. Primero montaron una tienda en el barrio de Somió. En verano, él fabricaba helados y los vendía por las casas con una gracia y un salero que todavía recuerdan alguno de los vecinos de mayor edad. De hecho, Vicente se inventaba sus propias tonadillas para atraer a la clientela, como suele hacer en los mercados tradicionales. Canciones que, por supuesto, se aprendían todos los niños en un alarde de originalidad y cercanía que todavía se conserva.
Toña tiene claras las señas de identidad de La Ibense Astur: calidad, servicio, amabilidad y respeto por las tradiciones. Reconoce la empresaria que, por supuesto, el negocio ha evolucionado para adaptarse a las normativas actuales, pero siempre con el foco puesto en conservar las fórmulas desarrolladas por su abuelo. “Hay moldes que puede que tengan más años que yo”, apunta. Y no es de extrañar si se observa la vitrina que preside la entrada del local, en la que se pueden encontrar algunos de esos utensilios con los que, en otra época, se elaboraban los helados y los barquillos. Al final, resume la empresaria, lo que importa es el sacrificio, la comprensión y la perseverancia.
Al elaborarse de forma artesanal y cortarse a mano, cada bombón es único, algo impensable en una producción industrial. Todo el proceso mantiene esa esencia manual: la nata se monta en máquina antes de insertar un palo de madera mediante moldes especiales.


Tras enfriarse, el helado recibe un baño de chocolate que forma una fina capa y se solidifica en apenas treinta segundos. Finalmente, se embolsa a mano, cuidando cada detalle. Pueden llegar a elaborar unas 1.200 unidades en una tarde. Además de sus conocidos bombones de nata, este negocio también vende otros dulces como el turrón -que introdujo la tercera generación- y otros helados de sabores.
Una pasión orientada a mantener el legado familiar
La familia ha estado siempre vinculada a este negocio, que cuenta con tres tiendas repartidas por Gijón. Entre los miembros de este clan destaca María Martínez, representante de la cuarta generación. Bisnieta del fundador, creció correteando entre las paredes del local y hoy, tras 18 años en el negocio familiar, se dedica a la venta de helados con la misma pasión que heredó de sus antecesores.
Empezó a “currar” de la misma manera en la que sucede siempre en este tipo de comercios: desde niña, echando una mano a los mayores. Y con el ojo puesto para observar todo lo que sucedía a su alrededor. “Mi hermana y yo nacimos aquí”, apunta con orgullo esta joven que ha sido amateur en hockey sobre patines, un deporte con mucho arraigo en Asturias.

“Empiezas trabajando en verano y, por cosas que pasan, compaginas tu carrera con venir a ayudar”, afirma, al tiempo que apunta: “Soy muy afortunada por haber vivido todo eso desde pequeña y poder seguir haciéndolo hoy”.
Tradición, calidad y prestigio son los principales valores de este negocio para siempre, cuya actividad se mantiene gracias a la dedicación y vitalidad de la familia
El cuidado por la artesanía es todo. “No hicimos ningún cambio más que lo necesario”, señala María, quien asegura que hay cosas del proceso de elaboración de sus productos que se siguen haciendo con la misma materia prima. Se sigue trabajando incluso con los mismos proveedores. “Hacemos mucho hincapié en la tradición porque, al final, lo más importante es saber de dónde venimos. Si aquello funcionaba bien, no veo razón para cambiarlo ahora”, asegura.

Integrar la tradición en el mundo empresarial no es solo una práctica, es una filosofía —subraya—, y es precisamente lo que garantiza la calidad. “Abaratar costes no va con nosotros. No creo que nos lleve a buen puerto, porque el reconocimiento público nos hace crecer día a día. No vemos necesidad de hacer ningún cambio”, manifiesta. Ni siquiera para expandir el negocio mediante el uso de procesos industriales porque “perdería un poco esa magia”. En ese crecimiento contenido y fiel a la tradición, los partners financieros como Banco Sabadell también desempeñan un papel discreto pero esencial, contribuyendo a facilitar los mecanismos adecuados para, entre otras cosas, renovar la maquinaria o gestionar los pagos del alquiler de los locales, de modo que la empresa pueda sostener su ritmo natural sin renunciar a su esencia.
“Abaratar costes no va con nosotros. No creo que nos lleve a buen puerto, porque el reconocimiento público nos hace crecer día a día”
La relación con el cliente, basada en la cercanía
La Ibense Astur tiene otra particularidad, que comparte con todos esos negocios para siempre que cada día abren sus puertas: la relación cercana y familiar con su clientela.
Muchos se conocen por su nombre, vuelven una y otra vez para revivir la felicidad de su infancia y aprovechan cada visita para ponerse al día. “Hay personas que vienen todos los días del año, sin importar si es invierno o verano”, puntualiza. Y sonríe cuando añade: “Es muy gratificante ver la cara de un niño con su helado”.

En los últimos años, la clientela se ha ampliado gracias a las redes sociales y al boca a boca, que han hecho que incluso muchos peregrinos del Camino de Santiago se detengan para disfrutar de sus productos. Las actuales propietarias miran al futuro con ilusión, pero con una premisa clara: “seguir la línea que nos ha guiado todos estos años”.
Negocios que se transmiten de generación en generación
El 98% del tejido empresarial en España son pymes. Negocios que, en muchos casos, se han transmitido de generación en generación. Y que, gracias a su permanencia, tienen un saber estar y una relación con sus clientes especial. Sus historias son las que cuentan lo que somos. A algunas de ellas se les hace un reconocimiento en “Negocios para siempre”, un proyecto que da viabilidad a negocios que representan una forma única de tratar el producto y relacionarse con sus clientes. Empresas que, como Banco Sabadell, mantienen la cercanía con el cliente, entienden sus necesidades y los escuchan cada día para ofrecerles la mejor respuesta. Aquí compartimos algunas de las historias que nos han maravillado.
Contenido patrocinado por: Banco Sabadell









