La psiquiatra infantil Caroline Eliacheff lo advirtió cuando en España se iba a aprobar la ley trans: se están usando métodos que otros países han prohibido "tras observar sus resultados perniciosos e irreversibles". 

Eliacheff alertaba de que en España se están usando métodos prohibidos en otros países: "Durante los últimos 30 años, si un menor quería cambiar de sexo se le aplicaba el denominado protocolo neerlandés: bloqueadores de pubertad y hormonas cruzadas. Pero tras observar sus resultados perniciosos e irreversibles está prohibido en Finlandia, Noruega, el Reino Unido y estados norteamericanos", afirmaba. 

Y parece que razón no le faltaba, la muy progre Noruega en 2016 aprobó la "ley más parecida a la propuesta española", según explica Newtral, y es que el Gobierno noruego compartía con Irene Montero su visión de la autodeterminación de género mediante la voluntad de la persona en mayores y menores de edad, y la norma incluía plazos y tramos muy parecidos a los que la ley española contempla. 

Tal y como explica a Newtral.es el investigador France Hartline, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), especializado en estudios de género: “Las personas de 16 y 17 años pueden cambiar su sexo/género legal sin consentimiento parental. Aquellos menores de entre 6 y 15 años requieren el consentimiento de uno de ellos. En caso de que sean dos progenitores y no estén de acuerdo, es el tribunal competente el que tiene que decidir”. Además en Noruega también se prescindió del periodo de reflexión como en España. 

Y parece que los noruegos se han asustado de lo que aprobaron y han visto las consecuencias de su progresismo, porque la Junta de Investigación de Atención Médica del país ha anunciado que revisará las pautas de la "afirmación de género" para menores porque ya no considera que estén basadas en evidencias científicas. La junta también ha reconocido que el creciente número de adolescentes que se identifican como hombres después de la pubertad sigue sin estudiarse.

Pero ante el aumento de casos, las pautas contempladas en la norma, el uso de bloqueadores de la pubertad y hormonas y las cirugías pasarían a estar restringidas a contextos de investigación y ya no se proporcionaría en entornos clínicos. Para la Junta de Investigación de Atención Médica estas técnicas deben ser consideradas experimentales por lo que se tendrían que prohibir en menores de edad, recomendando cautela extrema y acompañamiento psicológico.