La situación de los derechos humanos en Cuba continúa siendo de extrema gravedad y empeora en la medida en que se profundiza la crisis general del país, controlado por la dictadura comunista desde hace más de medio siglo, señala el Informe Anual 2022 del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).

“Es difícil encontrar un ámbito del ejercicio de los derechos que escape a la crisis. La represión se mantiene en niveles preocupantes, dotándose el Estado de nuevos mecanismos legales para impedir o castigar cualquier expresión de descontento ciudadano”, recoge el documento.

El OCDH observó en 2022 la consolidación de patrones como la represión más allá de la oposición y sociedad civil, que ha mantenido su escalada hacia sectores de la población no vinculados tradicionalmente a la oposición política. Esta tendencia se manifestó visiblemente en la represión desatada contra los manifestantes del 11 y 12 de julio de 2021, y en 2022 contra manifestaciones en varias zonas del país.

Durante el año que recién concluyó, el OCDH documentó más de 5.499 acciones represivas.

Otro patrón predominante fue el encarcelamiento o exilio forzoso de activistas y opositores. Se mantuvieron presos destacados activistas políticos y miembros de la sociedad civil y, los que no estaban en prisión, sufrieron citaciones policiales, amenazas y retenciones en sus casas, de manera constante, con el fin de que desistieran de sus labores como activistas o periodistas, o que se fueran del país, tal y como ocurrió con al menos 53 de ellos.

Cuba terminó 2022 con al menos 976 presos políticos o de conciencia, la mayoría relacionados con las manifestaciones del 11 y 12 de julio de 2021 y protestas posteriores

El año pasado también se consolidó la tendencia de retener o sitiar a los activistas y opositores en sus domicilios, de manera ilegal, para impedir el ejercicio de sus actividades y derechos. Se documentaron al menos 1.447 retenciones de activistas, opositores o familiares de presos en sus viviendas.

En 2022, el OCDH documentó al menos 1.354 detenciones arbitrarias, de ellas 832 correspondieron a mujeres, la cifra más alta desde 2018.

Se documentaron además más de 697 acciones represivas contra periodistas independientes, destacando las amenazas, vigilancia, las citaciones y las restricciones de datos móviles y telefonía.

Cuba terminó 2022 con al menos 976 presos políticos o de conciencia, la mayoría relacionados con las manifestaciones del 11 y 12 de julio de 2021 y protestas posteriores.

La dictadura cubana continúa sin dar acceso a organismos internacionales para que verifiquen el estado del sistema carcelario, integrado por al menos 293 centros, con la población penitenciaria per cápita más alta de Hispanoamérica, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Tampoco los derechos sociales han escapado del creciente deterioro en Cuba. De acuerdo con el Quinto Informe sobre el Estado de los Derechos Sociales, del OCDH, más del 72% de los cubanos vive en la extrema pobreza, ocho de cada 10 cubanos no consiguen medicamentos en las farmacias, al tiempo que aumenta la percepción del régimen como problema y su creciente impopularidad, especialmente entre los jóvenes.