Las primeras semanas de presidencia de Joe Biden han estado marcadas, según el relato de la progresía mediática, por un regreso a la “unidad” tras los “oscuros” años de Donald Trump.

Repasemos los hitos en materia de unidad del presidente Biden durante sus primeras semanas de mandato.

En política exterior, como analizamos, el nuevo secretario de Estado, Antony Blinken apunta a una diplomacia fundamentada en la lucha contra el cambio climático, la amenaza a la democracia y la justicia racial. Todo ello marcado por la búsqueda de unas estupendas relaciones con China e Irán, dos naciones de las que, desde luego, no cabe desconfiar. En el plano exterior, otro de los objetivos de la nueva Administración demócrata será la expansión sin límite del aborto a nivel internacional, por medio de la rescisión de la denominada Política de la Ciudad de México, una normativa incoada durante la presidencia de Ronald Reagan, que prohíbe destinar dinero público a ONG’s que perpetran abortos o que abogan por la legalización y expansión del acceso al mismo. Además, el ejecutivo Biden ha afirmado que retirará a EEUU del Consenso de Ginebra de 2020, que rubricó EEUU durante el gobierno de Donald Trump junto con 33 países más, y que tenía por objetivo impedir la promoción del aborto a nivel mundial.

Biden ha anunciado que prohibirá el frácking en terrenos públicos, técnica que ha convertido a EEUU en el primer exportador de petróleo a nivel mundial: están en juego miles de empleos 

En materia energética, el presidente Biden se ha abonado al ecologismo radical y ha comenzado a adoptar medidas de serio calado ideológico. En primer lugar, ha anunciado que prohibirá el fracking en terrenos públicos (sobra decir que será la antesala a su prohibición definitiva no solo en terrenos públicos sino también privados). 

La cuestión no es baladí, ya que en los últimos años EEUU se ha convertido, gracias a esta técnica, en el primer exportador de petróleo a nivel mundial

También en este plano, el presidente Biden ha cancelado el histórico proyecto Keystone XL pipeline, uno de los proyectos de ingeniería más ambiciosos de las últimas décadas que perseguía transportar petróleo desde Canadá a diversos puntos de Estados Unidos.

Las radicales medidas del ejecutivo Biden amenazan miles de puestos de trabajo en EEUU. Cabe recordar que la industria petrolífera genera 2,6 millones de puestos de trabajo directos y hasta casi 10 millones indirectos en la primera potencia mundial. Así, el líder de los republicanos en el Congreso, Kevin McCarthy, junto con diversos cargos del Partido Republicano de Texas, han denunciado las medidas del ejecutivo demócrata y han puesto de relieve que su radicalismo pone en riesgo más de 120.000 empleos, solo en el Estado de Texas. Sin duda, el desempleo mantendrá unido al país.

En el nuevo ejecutivo estadounidense hay hueco para todos, incluso para el sector antisistema del Partido Demócrata, que cobra cada día más fuerza. En su misión de unidad, Biden tiene nueva portavoz adjunta del Departamento de Estado, Jalina Porter. La misma señaló en 2016 que la mayor amenaza para EEUU era la “policía estadounidense” porque “mata a afroamericanos”. También llegó a afirmar que la policía era una amenaza mayor que el Estado Islámico. Una gran llamada de unidad al país.

En educación, Biden ha ordenado eliminar la Comisión 1776, que señaba al progresismo, la política identitaria, la ideología racial y el feminismo radical como enemigos de los principios de EEUU, por su vinculación con el comunismo

En el plano educativo, el presidente Biden ha ordenado la eliminación de la Comisión 1776. Dicha comisión, cuyo nombre conmemora el año de la Declaración de Independencia de Estados Unidos, fue creada en 2020 por el presidente Trump con el objeto de luchar contra el relato progre que impregna la educación de la historia en las aulas. La progresía mundial alzó la voz contra la creación de este órgano por la Administración Trump ya que señalaba al progresismo, la política identitaria, la ideología racial y el feminismo radical como enemigos de los principios de EEUU, por su vinculación con el comunismo. El nuevo y moderado presidente declaró: “Voy a eliminar la ofensiva y contraria a los hechos Comisión 1776. La unidad debe empezar con el entendimiento y la verdad, sin ignorancia ni mentiras”. Ya sabemos en qué consiste la unidad para Joe Biden, o abrazas el sectarismo progresista o eres un ultra.

El sectarismo de la Administración Biden ha desatado la preocupación en el seno de las bases republicanas y en la mayoría de sus líderes, aunque, como siempre, tiene que haber alguna excepción. Así, cabe destacar que un pequeño grupo de republicanos progres dirigidos (como no) por el senador por Utah y excandidato presidencial republicano, Mitt Romney, y la senadora por Maine Susan Collins, siempre dispuestos a contentar a la progresía a toda costa sin perjuicio de insultar a sus propios votantes, guiados por la llamada a la “unidad” de Joe Biden, acudieron a la Casa Blanca a presentar un plan común para luchar contra la crisis económica derivada de la pandemia. Sobra decir que el tándem Biden-Kamala les recibió muy amablemente, y automáticamente rechazaron todas las propuestas presentadas por los republicanos, pero afirmaron que la reunión había sido “productiva”. Todavía se escuchan las risas en la Casa Blanca tras la visita del senador Romney y su escaso grupo de acólitos.

Tras dos semanas en la Casa Blanca, no cabe duda que la Administración Biden está uniendo al país con sus medidas. Siempre y cuando abraces su sectarismo progresista, claro.