La idea no es nueva, es más, nosotros ya la hemos expresado en Hispanidad, con distintas variantes. Pero nunca lo había escuchado de boca de un empresario español del IBEX 35, otro de los muchos que está deseando la caída de Pedro Sánchez pero empieza a perder la esperanza. Su resumen fue más profundo, más certero y más definitivo que el mío.
España, como el conjunto de Europa, debe volver a ser ella misma: debe recuperar su fe, volver a Cristo, resucitar a partir de sus raíces cristianas, hoy ocultas. El resto vendrá por añadidura
Estas fueron sus palabras: "La vileza de Sánchez no sería posible si la sociedad española no estuviera envilecida"... y yo no tengo nada más que añadir, me parece un resumen formidable y una urgente autocrítica, antes conocida como arrepentimiento, porque ningún gobierno cambia una sociedad: es la sociedad la que cambia los gobiernos. Puede tardar más o menos pero la causa, ergo, la culpa, de la España desesperanzada en la que vivimos no es del Sanchismo, porque el Gobierno no es causa, es consecuencia de esa degeneración y de esa melancolía general.
Tenemos que cambiar de Gobierno. Cuando lo hagamos, yo brindaré con cava. Pero se lo aseguro, si no mejora la degeneradísima sociedad española, el cambio de inquilino en Moncloa no servirá para mucho.
Los gobernantes no cambian la sociedad, es la sociedad la que cambia a los gobernantes. No se preocupe tanto del impresentable Pedro Sánchez, que es una mera consecuencia: acuda a las causas
¿En qué consiste el cambio? Sencillo y duro: España, como el conjunto de Europa, debe volver a ser ella misma: debe recuperar su fe, volver a Cristo, resucitar a partir de sus raíces cristianas, hoy ocultas. El resto vendrá por añadidura.
En el caso de los españoles, además, la vuelta a Cristo se debe hacer por medio de Santa María, porque España es la Tierra de María.
Así que, menos protestar y más cambiar, o sea, convertirse o re-convertirse a Cristo.
Los gobernantes no cambian la sociedad, es la sociedad la que cambia a los gobernantes. No se preocupe tanto del impresentable Pedro Sánchez, que es una mera consecuencia: acuda a las causas.










