Es cierto que la inclinación de cabeza es un saludo católico a las imágenes católicas mientras se reserva la genuflexión para el Santísimo. Pero hombre, de una ceremonia oficial, podría esperarse algo más.

La Princesa Leonor, futura Reina de España, participó en la visita que los nuevos cadetes de la Academia de Zaragoza realizan a la Virgen del Pilar, para encomendarse a la patrona de España y de la Hispanidad (no, no pienso entrar en debates sobre el alcance del patronazgo de la Virgen del Pilar). Muy digna, la dama cadete Leonor Borbón Ortiz inclinó la cabeza ante la imagen de la Pilarica pero no se santiguó... como sí hizo, por ejemplo, el compañero cadete que le precedía.

Por su parte, la madre de la Princesa de Asturias y actual reina de España, doña Letizia Ortiz Rocasolano, también contribuyó con un numerito de tan insigne ceremonia: cuando los Reyes llegaron a la Academia saludaron a las autoridades presentes. El rey Felipe VI a todos, doña Letizia a todos menos al arzobispo general castrense: ¡Un cura, qué asco!

De tal palo... la Princesa Leonor no se santigua ante la Virgen del Pilar y la Reina de España no saluda al arzobispo castrense. Porque yo lo valgo.

El presidente del Gobierno es más coherente: se abstuvo de acudir a un acto castrense donde se besa la bandera: ‘Puchi’ podría enfadarse, ¡qué horror! Y no necesita hacer gala de ateísmo: es ateo y se comporta como tal

Ojo, y el propio Rey, SM Felipe VI, que sí se santigua y sí se dice católico, en cuanto puede, se adorna con el pin de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030. En definitiva, el Rey de España se apunta al abortismo reinante en el mundo, la peor lacra de la humanidad actual.

¿Quién ha educado a la futura Reina de España, su padre el Rey o su madre la reina consorte? ¿O lo mismo da?

La verdad es que el presidente del Gobierno en funciones, don Pedro Sánchez Pérez-Castejón, resulta mucho más coherente: se abstuvo de acudir a un acto castrense donde se besa la bandera: Puchi’ podría enfadarse, ¡qué horror! En cualquier caso, Sánchez no necesita hacer gala de ateísmo: es ateo y se comporta como tal. Me parece mucho más lógico.