Consejo de Ministros del lunes 27 de junio. El Sanchismo empieza a resultar patético. Salen a escena Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño y la titular de Igualdad, María Jesús Montero. No se sabe cuál de las tres hace más el ridículo pero, ojo, lo hacen a torta limpia entre las tres, al menos entre las dos socialistas y la podemita, a la que la asesora de Podemos, Isa Serra, ubicada en primera línea, animaba a callar mientras Montero se sentía cada vez más ridícula.

De entrada, gran noticia, muy en la línea del espíritu marciano del Sanchismo, sobre todo desde que Diana Morant es ministra de Investigación. Ojo al dato: el Ejército del Aire cambia de nombre: a partir de ahora se llamará Ejército del Aire y del Espacio. Dí que sí. Es la Nueva Frontera que Sánchez hereda de su admirado John Kennedy, que era tan guapetón como él. Patético.

Un recuerdo para el 28 de junio: Día del Orgullo LGTB. 

Y nueva remembranza para el líder Sánchez. ¿Por qué? Por la cumbre de la OTAN, exhala la portavoz. Y es cierto, el mundo mira España mientras los madrileños miran el colapso del tráfico. 

Nace el Ejército español del aire y del espacio (¿exterior?)

Nadia Calviño, la vicepresidenta económica, nos cuenta su historia de los tres cerditos felices: los españoles, la economía española y la política económica española, que es insuperable. Y si todo va tan bien; ¿por qué encabezamos la lista de paro de la UE y de toda la OCDE y por qué tenemos una deuda que ronda el 120% del PIB? La desfachatez de Calviño no conoce límites.

La vicepresidenta económica reformará la ley del mercado de valores para proteger a los inversores de los criptoactivos: ¡A buenas horas, mangas verdes! 

Además, la Comisión Europea aprueba los 12.500 millones (31.500 millones de euros ya recibidos), nueva entrega de los fondos europeos, lo cual, según Calviño, indica que España lo está haciendo muy bien. No, doña Nadia, significa que España le sacó mucho dinero a los fondos comunes y que ahora la factura europea costará más: la mitad son créditos, que deberemos pagar con intereses, los fondos no tienen intereses, ciertamente, pero se pagan a escote entre los países miembros. En Europa nadie regala nada. Traducción de Calviño: España sigue liderando el plan de recuperación en Europa. Patético.

La socialista Rodriguez no le deja hablar a la podemita Montero sobre Melilla

Le llega el turno a la ministra de Igualdad, Irene Montero. Sus discursos siempre son larguísimos, quizás por eso habla como una ametralladora, por exigencias de la tradición simultánea al lenguaje inclusivo: todos, todas y todes podemos ser felices, felicas y felicos. Montero no termina su mitin inclusivo para presentarnos, again, su proyecto de ley trans, con autodeterminación de género. 

Mujeres, mujeras y mujeros: no estáis solas. 

La ley se ha redactado para acabar con los armarios, armarias y armaries, para que todo el mundo pueda ser quién es.

Y todo esto es orgullo de país: "Todos, todas y todes podemos sentirnos orgullosos y orgullosas (se le olvida orgulleses)" porque se trata de "ampliar las oportunidades de felicidad de todas las personas". 

Patético e interminable: "Nunca más un país sin vosotros, sin vosotras y vosotres... reconocidos, reconocidas y reconocides". La felicidad está en el BOE.

Está a punto de darme la risa en plena sala de prensa de La Moncloa, pero me contengo porque mis compañeros escuchan con toda seriedad. La procesión debe ir por dentro, supongo, y el lenguaje cantinflesco de "ametralladora Irene" no es para sonreír. Como mucho, una carcajada.

La ministra de Igualdad -la letra con sangre entra- insiste en la pieza clave de esta maravillosa norma: el derecho a la libre autodeterminación de género. Y si por la mañana te sientes hombre y por la tarde mujer, pues decídete por el sexo fluido, que lo abarca todo... en las tinieblas. Según Montero es el Derecho a ser quienes son... utilizado para negar lo que son porque así nacieron: hombres y mujeres. Pues lo siento: naces hombre o naces mujer... y nadie te pide opinión para decidir tu sexo. 

Pero como buena norma progre, la Ley Trans presenta un amplio cuadro de sanciones. Así, se perseguirá, como falta muy grave, las terapias de conversión, o sea que, tras pasar por la esclavitud del cambio de sexo, te des cuenta de que has cometido una estupidez y alguien te convenza de volver a ser quien eres. Por ejemplo, heterosexual. Eso es gravísimo. La primera norma de la progresía es que la sensatez debe ser castigada. Si esta ley llega a entrar en vigor, lo será. 

Y más sobre la Ley Trans: si excluyes de una contratación a una persona por ser LGTB cometes una falta muy grave del cuadro de sanciones. Ahora bien, ¿cómo demuestras que se le ha rechazado por LGTB y quien lo demuestra? Patética Irene.

A continuación, Isabel Rodríguez, ante la primera pregunta sobre Melilla, ordena callara a Irene Montero, aquí sólo habla el PSOE.

calla irene

Nadia Calviño bate todos los récords de la desfachatez: la economía va bien y su política económica... un éxito

El Sanchismo se vuelve patético... y muy cachondeable. Cuando Sánchez haya pasado a mejor vida política, nos va a costar un tiempo desidiotizarnos y volver a ser normales.

Pero vamos a ser tan felices... podremos elegir nuestro sexo. La próxima norma considtirá en elegir nuestra condición económica: yo me pido rico.