Si uno sigue a los voceros de La Moncloa -ruido ensordecedor-, presentes en RTVE y en el grupo PRISA pero muy influyentes en Atresmedia, Mediaset y Vocento, es decir, en todo el oligopolio mediático, se diría que las elecciones del Domingo 23 las ganó el Partido Socialista, o el binomio Sánchez-Yolanda, o el progresismo, que es todo lo mismo. O bien, que lo perdió el bloque involucionista, nuestros peores ciudadanos, Feijóo y los ultras de Abascal.

Ahora bien, las elecciones las ganó el PP y Alberto Núñez Feijóo, que debiera ser quien forme gobierno. Pero no: Sánchez ejerciendo como jefe del Estado, jefe del Gobierno y Tribunal de Garantía y censor mayor del Reino, ha decidido que el presidente será él y para ello necesita aliarse con todos los orcos del mundo, los de Mordor y los de Saruman. Lo hará.

A estas alturas, no se necesita mucho sentido común para concluir que si algo precisa España es echar a Pedro Sánchez a las tinieblas exteriores, donde será el llanto y el rechinar de dientes.

Hay que echar a Sánchez y me temo que, a día de hoy, eso solo puede hacerlo Felipe VI, en su función de jefe del Estado. Y ello porque hay que arramblar, lo primero, con la gran mentira del Sanchismo, que asegura haber ganado las elecciones. Sí, la única posibilidad es que actúe Felipe VI. Hablo de algo parecido a la idea que, en su momento, justo antes del pacto previsto entre PSOE y Podemos, Felipe González le ofreció al monarca Felipe VI: lo que se llamó Operación Borrell.

Encargar al también socialista Borrell la formación de Gobierno y no al cabeza de la lista más votada, Pedro Sánchez. Algo legal, porque recuerden que Felipe VI puede encargara la formación de Gobierno a quien quiera y que en España no rige un sistema presidencialista: los ciudadanos eligen listas, no personas. Otra cosa es que el nominado consiga la mayoría.

Para ello, con el Rey jugándose el tipo -lo que nunca hará, me temo- se puede ofrecer la formación de Gobierno a Feijóo, ganador de las elecciones mientras se posibilita que una parte del PSOE, la que aún no ha enloquecido con ZP y Sánchez, apruebe que la lista más votada forme Gobierno. Eso es lo que habría hecho Juan Carlos I en sus buenos tiempos, lo que hizo al forzar un acuerdo entre Pedro Sánchez y Albert Rivera y lo que no creo que se atreva a hacer Felipe VI, pero habría que intentarlo.

El PNV ha vuelto a dar un desplante a Feijóo, quien, en su ingenuidad, aún contaba con ellos. Mientras, Puigdemont y Otegui se burlan de los españoles. ¿Es que no lo vemos?

O eso, o un pacto por la democracia entre PP y PSOE orillando a comunistas, nacionalistas, indepes, y otros... orcos de Mordor.

Porque de otra forma... recuerden que el PNV ha vuelto a dar un desplante a Feijóo, quien, en su ingenuidad, aún contaba con ellos. Mientras, Puigdemont y Otegui se burlan de los españoles y aseguran que la gobernabilidad de la España que aborrecen depende de ellos. Y todo esto es posible gracias a ese personaje nefasto en la historia de España, un ególatra llamado Pedro Sánchez, capaz de aliarse con el diablo con tal de permanecer en el sillón presidencial.

¿Que Felipe VI asume un riesgo de adoptar esa actitud? Sí, lo asume pero para eso le pagamos, para asumir riesgos por lel bien de España. Hay que echar a Sánchez y solo puede hacerlo Felipe VI, en su papel de jefe del Estado. El resto es accidental.