
En Europa le han dicho a Ribera que el planeta está muy requetebién pero que primero hay que comer / Foto: Pablo Moreno
A principios de siglo, Europa representaba más de una cuarta parte del PIB mundial. Ahora está en 14 y bajando.
Durante este tiempo, ha ocurrido algo muy sencillo: los europeos nos hemos hecho ecologistas, preocupadísimos por el planeta, verdes a rabiar, mientras los chinos se dedican a crecer y a colonizarnos económicamente.
Lo gracioso es que, al frente de la imperiosa reindustrialización europea, se ha colocado a la vicepresidenta primera de la Comisión Europea, doña Teresa Ribera, conocida en España como la sandía: verde por fuera y roja por dentro. Pero la sandía madrileña se nos ha tornado menos verde, casi azul y ahora dice que la transición hacia la Arcadia verde debe hacer con más tino, quizás con más pausa, porque corremos el riesgo de alcanzar la miseria en un tiempo récord.
¡Qué cambio ha dado doña Teresa en Bruselas! Eso sí, nos dejó a su alumna predilecta, Sara Aagesen, que, como en el viejo chiste, está empeñada en adelantar a su maestra y ser...¡aún más verde!
Vamos que en Europa le han dicho a Ribera que el planeta está muy requetebién pero que primero hay que comer. Mientras, en España, su sucesora, tercera vicepresidenta del Gobierno, sigue jugando a ecologistas y cada día somos más pobres.
Para entendernos, sí es hora de recordar que ecología=miseria y que el planeta no hay que cuidarlo por sí mismo, sino pensando en las siguientes generaciones de seres humanos, no de plantas, ni de animales ni de piedras. Y al planeta, que es ser inanimado y escasamente sensitivo... que le vayan dando.
Pero hombre, eso de que tengan que emigrar a Europa para darse cuenta de cómo son las cosas tiene su aquel.
La ecología sólo trae miseria. El planeta para el hombre, no el hombre para el planeta.









