Un sereno silencio lo envolvía todo,
guerra, incertidumbre, pobreza;
pesaban a una humanidad miedosa,
en una libertad mal entendida,
con la que el Mal la confundía.
Eran los tiempos de la tribulación
anunciados en antiguas profecías,
donde el mal al bien dominaría.
Mas llegado el momento avisado,
el mal por el bien será derrotado,
y la poderosa Palabra descenderá,
para cumplir la orden terminante,
cual inexorable paladín, hacia
hombres desde los cielos condenados.
Y la afilada espada de otros tiempos,
se detendrá como hizo entonces,
ante los nuevos umbrales cubiertos
de sangre, y llenará de angustia,
de dolor y de muerte al resto.
La creación órdenes cumpliendo,
su naturaleza, será de nuevo
configurada, guardando incólumes
a sus testigos, a sus buenos siervos;
que irán protegidos por su mano,
contemplando prodigios asombrosos,
como corderos saltando,
enredando como potros.
Un sereno silencio lo envolvía todo.