El tirano Mohamed VI aprovecha el Mundial para atacar a España... y al cristianismo
Más de 100 detenidos en París tras la victoria, otra vez mínima, de Marruecos frente a Portugal, es decir, de la victoria del islam frente a la cristiandad, según la interpretación de Mohamed VI.
Locura en los Campos Elíseos tras el pase a cuartos de final de Marruecos, Paris ha caído. pic.twitter.com/OcQPrFinop
— Bakalaofresco (@Ant52529536Jose) December 6, 2022
La inmigración musulmana en Portugal es mínima, mientras en España hay 700.000 marroquíes que forman un verdadero gheto antiespañol, así que ya se sabe donde se manifiesta los marroquíes; allá donde pueden hacer daño a los países que les acogen: Bélgica, Francia y España.
Simpáticos eventos de la Europa multikultural socialdemócrata 🔫🇲🇦 pic.twitter.com/6qhTsdQ5PW
— Bakalaofresco (@Ant52529536Jose) December 8, 2022
La apelación de La Sexta es de las que hacen época. La prensa progre se han empeñado en presentar a a Marruecos como el reino del Nirvana, la felicidad plena, el respeto a la minorías y el respeto -sin comentarios- a España y a los españoles.
En resumen, el tirano Mohamed VI aprovecha el Mundial para atacar a España... y al cristianismo.
¿En qué se distinguen Marruecos y Catar? En que los cataríes son ricos y los marroquíes pobres... aunque Mohamed VI seguramente es más rico que el emir de Catar, Al Thani
En paralelo, el Sanchismo lanza una nueva campaña de alabanza a marroquíes y musulmanes. Al final, nos quitarán Ceuta, Melilla y Canarias y encima les estamos pagando la invasión.
Pero hablamos de Marruecos, y nos olvidamos de la organización del Mundial, Catar. ¿En qué se distinguen Marruecos y Catar? En que los cataríes son ricos y los marroquíes pobres... aunque Mohamed VI seguramente es más rico que el emir de Catar, Al Thani.
El Mundial, no lo duden está sirviendo para ralentizar la invasión musulmana de Europa, una invasión cobarde, que se basa en tomar la calle sin tomar los cuarteles. Se basa en el adoctrinamiento de la sociedad civil contra el enemigo exterior, contra la débil Europa Occidental, que ha renegado de sus principios cristianos.