La ‘fineza’ y ‘buena educación’ de Teresa Ribera han quedado al descubierto en su visita a los vecinos de las localidades madrileña de Aldea del Fresno y Villamanta afectados por la DANA. La vicepresidenta ecológica, ahora en funciones, ha pasado de las protestas y de su responsabilidad, mientras los vecinos criticaban a la Confederación Hidrográfica del Tajo -dependiente de su Departamento- porque “no nos dejan limpiar el río”.

A la vicepresidenta ecológica, ahora en funciones, como a su jefe, Pedro Sánchez, no le gustan las críticas. Sin embargo, debería tener en cuenta que cuando uno entra en política debe asumir tanto los halagos y los aplausos como las críticas (y más si estas son respetuosas) y los tirones de orejas, porque les va en el sueldo que les pagamos todos los españoles. ¡Cuánta soberbia, señores socialistas!

En su visita a los vecinos de Aldea del Fresno y Villamanta, estos no dudaron en quejarse de que el desastre “se veía venir porque no nos dejan limpiar el río”. Lamentaron que el arroyo y dos ríos se desbordaran el pasado domingo provocando dos desaparecidos y múltiples daños, cuando llevan años pidiendo a la Confederación Hidrográfica del Tajo que limpie y desbroce su cauce. “Llovió una barbaridad, pero si hubiera estado aseado y encauzado, los daños no hubieran sido tan grandes”, señaló una vecina.

Ante estas protestas Ribera pasó y hasta hizo un gesto algo ofensivo al aludir a que había que pensar. Más vale que no hable tanto de cambio climático y se preocupe más de que los cauces de los arroyos y ríos se limpien. Además, los vecinos afectados le increparon con rotundidad: “Menos postureo, menos fotografías y más limpiar”. Y a continuación lanzaron un “¡Viva la Guardia Civil!”.