Escuchen lo que responde Alberto Núñez Feijóo, nuestro próximo presidente del Gobierno, a Pablo Motos a la pregunta, pagada y sensitiva, sobre esa adolescente que ha tenido una relación sexual y se ha quedado embarazada. 

Feijóo se apresura a salvar a esa pobre y tierna niña que se ha quedado en estado de buena esperanza: hay que ayudarla, manifiesta nuestro hombre, que decida un juez, seres impólutos.

Por cierto, muy bueno lo de Motos, con su pregunta ¿quién no se ha dedicado al fornicio durante su adolescencia? Pues mismamente yo, Pablito, y otros muchos españoles y españolas que, no por ser adolescentes eran unos animalitos rijosos. 

Y muy bueno, igualmente, su argumento 'motoriano': la niña no está preparada para tener un hijo. Pero, miren por donde, su hijo sí que está preparado para ser asesinado. 

En este festival de los sensitivos, naturalmente, naturalmente, Feijóo no se iba a quedar atrás. Mostró su lado más tierno con las adolescentes embarazadas, pidió a sus padres que les ayudarán (a cargarse a su nieto, imagino) y dijo que el PP aceptaba la ley de plazos, es decir, el aborto libre, es decir, la ley Bibiana Aído. Sensitivo, muy sensitivo. 

Ahora bien, resulta que, horas antes, el secretario general de la Conferencia Episcopal, García Magán, recordaba que un católico no puede votar a un partido que no defiende el derecho a la vida. Por tanto, . Y no porque los padres "ultraconservadores" como asegura ese gran antropólogo llamado Pablo Motos, les impidan abortar sino porque el aborto consiste en que una madre mata a su propio hijo en su propias entrañas. A partir ahí, el mundo se convierte en un infierno.

En cuanto a Feijóo... pues ¿qué esperaban? El PP no da para más. 

No, un católico no puede votar al PP... ni a ningún otro partido abortero.