Elecciones andaluzas. Pues lo siento mucho pero un católico coherente no puede votar a ninguno de los cuatro partidos líderes: ni al PSOE, ni al PP, ni a Ciudadanos ni a Podemos.
Los cuatro vulneran los principios no negociables para un cristiano en política. Por ejemplo, los cuatro son abortistas, los cuatro aceptan la utilización de embriones humanos como cobayas de laboratorio, los cuatro aceptan el matrimonio homosexual, los cuatro consideran que hay muchos tipos de familia, los cuatro consideran que el Estado tiene que educar –más bien, pervertir– a los niños.

¿Exagerado? En absoluto. Nota de la Congregación para la doctrina de la fe de 24 de noviembre de 2002: “La conciencia cristiana bien formada no permite a nadie favorecer con el propio voto la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe o la moral”.

Porque si votas a quien contradice tu fe no se rompe tu voto, sino tu fe

Y por si no había quedado claro que no vale el mal menor: “cuando la acción política tiene que ver con principios morales, que no admiten derogaciones, excepciones o compromiso alguno, es cuando el empeño de los católicos se hace más evidente y cargado de responsabilidad”.

Así que de exageraciones nada, a no ser que el entonces cardenal Ratzinger también estuviera exagerando.

Porque si votas a quien contradice tu fe no se rompe tu voto, sino tu fe. 

Una de dos: o votas en blanco o votas a un partido minoritario. Es que eso es tirar mi voto. No, so es ser coherente... y coadyuvar a que el partido de marras deje de ser minoritario.

Bueno, también puedes apostatar de tu fe.