Miguel Ángel Moratinos, Audrey Azoulay y José Luis Rodríguez Zapatero
Recientemente pasó por Madrid la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, y nos explicó que, tras unos años de parálisis, la ONU nos regala la resurrección de la Alianza de Civilizaciones. Argumento poderoso: Miguel Ángel Moratinos, el canciller de ZP, vuelve a ocuparse del asunto. Y esto resulta excitante porque cuando el diablo no tiene nada que hacer, y Moratinos andaba brazo sobre brazo, con el rabo mata moscas.
‘Remember’: en 2004, Zapatero, tras arreglar España en pocos meses, se dispuso a arreglar al mundo Junto al dictador turco Erdogan, quien sólo pretendía entrar en la Unión Europa. Por eso, los franceses votaron no a la Constitución europea del masoncillo, de derechas, Valéry Giscard d’Estaing). La Constitución europea quedó en nada. Laus Deo, porque era la Constitución de la descristianización de la UE.
La Alianza de Civilizaciones es un intento más de degradar a la Iglesia
Todo esto es muy hermoso, porque ZP es hombre profundo, va mucho más allá que el mero perímetro de la Unión Europea. Lo suyo es la filosofía. Bastó que el tibio de don Mariano Rajoy asegurara en Naciones Unidas que la Alianza de Civilizaciones (AC) no era el demonio (en efecto, no es el demonio, tan sólo una de sus obras) para que Zapatero volviera a la carga con la alianza global de las civilizaciones del mundo mundial. Y ya se sabe que cuando ZP se arremanga lo hace en profundidad, como en Venezuela.
Y así, en 2015, ZP resucita la Alianza de Civilizaciones, que sólo por casualidad tiene el mismo anagrama de AC Hoteles, la creación del amigo de ZP, don Antonio Catalán. Ahora bien, no deben ustedes extraer conclusiones precipitadas de este asunto.
A lo mejor los “otros” están muertos… y no lo saben
Lo que digo es que ZP entró en éxtasis progre para asegurar que Alianza de Civilizaciones va mucho más allá de la entrada de Turquía en el club europeo. Nació para “movilizar a gobiernos y sociedades civiles en favor de la cultura de la tolerancia y el respeto”. Y esto por la “pluralidad religiosa y cultural no es una patología, sino una riqueza”… especialmente para quien intenta cargarse la única religión verdadera: la cristiana.
Zapatero, en otra de sus hermosas genialidades, nos explicaba que “ya no hay herejes, sólo personas de otras creencias”. Lo que significa que ninguna creencia es cierta y que lo mismo da una que otra. Lo que nos lleva a la conclusión favorita de los masoncetes progres: nada es verdad ni mentira, todo depende del cristal con que se mira. Sólo que los otros, como es sabido, están muertos… pero no lo saben.
Atención que vuelve la Alianza de Civilizaciones. Al mismo tiempo, tranquilos, su nuevo líder es Moratinos.