• Pablo Iglesias, el pedante blasfemo.
  • El del PSOE se alía con las bulas, que confunde con el sacramento de la penitencia.
  • Iglesias ha vuelto a lanzar un sarcasmo blasfemo sobre la Santísima Virgen para injuriar al ministro del Interior Jorge Fernández.
  • Menos mal que el debate iba sobre refugiados.
Hay que reconocerle al secretario general del PSOE una gran capacidad de trabajo y espíritu polifacético: es un hombre capaz de decir necedades sobre las materias más dispares. También es esclavo de sus manías, que son más que sus especialidades. Por ejemplo, es cristófobo rabioso. Y así, aprovechando el debate sobre los refugiados en el Congreso de los Diputados (miércoles 6) soltó una de sus perlas, cuando acusó al PP de evitar el compromiso como "en la edad media, cuando se pedía una bula para lavar nuestros pecados". A ver, campeón, las bulas no lavaban pecado alguno, eso sólo lo hace el sacramento de la penitencia (bueno y el bautismo). Las bulas sólo servían para reducir la pena que queda tras el arrepentimiento y el perdón. O sea, la cosa del Purgatorio. No te preocupes, ya te explicaremos de qué hablamos. Sánchez es como un cura progre, que no cree en Cristo pero le odia. No es que le falte un hervor, como negaba Rubalcaba asegurando lo que parecía negar, es que está totalmente hervido y se nos ha pasado. Está claro, el aspirante a presidente del Gobierno, y creo que lo va a conseguir para desgracia de todos, es un necio polifacético. Habla de todo y no sabe de nada. Pero su socio más preciado, Pablo Iglesias, es más sincero. En el mismo debate, volvió al sarcasmo blasfemo, al acusar a Jorge Fernández, ministro del Interior. Está claro: Sánchez es un necio polifacético; Iglesias un pedante blasfemo. Eulogio López eulogio@hispanidad.com