“Mucha gente es llevada por la noche a esos barcos -no a esos grandes navíos que tienen otra función- y si no quieren subirse: ¡pum, pum! Y los dejan en la playa”.
Asegura Sabino Méndez en ¡La Razón! que para luchar contra la inmigración hay que lograr que en África tengan menos hijos, como en Europa. ¡Cómo no lo habíamos pensado antes! Muerto el perro se acabó la rabia.
La venenosa mentalidad del Nuevo Orden Mundial (NOM) se cuela por cualquier rendija. Es una mentalidad anti-natalidad, claro está. Ejemplo, en su edición del domingo 3 de junio, publica un apunte sobre inmigración de Sabino Méndez, compositor de Sociedad Civil Catalana, no muy independentista, vamos. Pero eso no me consuela.
Este planeta da para alimentar a miles de humanidades gracias al ingenio humano. Y si no, nos buscaremos otros
La tesis es muy sencilla. Como hay muchos inmigrantes que llegan a Europa, lo único que puede hacerse para evitarlo es reducir la natalidad entre los que llegan.
En primer lugar, no creo que exista tal avalancha. En segundo lugar, los pobres tienen todo el derecho a tener el número de hijos que les venga en gana. Por último, este planeta puede albergar a miles de humanidades, gracias al ingenio humano que multiplica los recursos naturales.
Porque claro, eso de que para acabar con el hambre la medida más eficaz consista en liquidar al hambriento, a ser posible antes de nacer, puede resultar, cuando menos, discutible. Su lógica es incontestable, su necedad y su crueldad, también.