Cuanto más cerca del peligro más lejos del daño, dice el viejo aforismo inglés. Podríamos añadir algo muy similar: cuanto más cerca del rigor más lejos de la verdad.
A los periodistas se nos exige ser rigurosos. En la práctica, eso quiere decir copiar y pegar. No hay periodismo más riguroso, y más falso, que aquel que se dedica a transcribir, sin juicio alguno, los comunicados de los poderes político, económico o cultural (este último es el más peligroso de todos).
Pero si entramos en el análisis podemos cometer errores e incluso horrores, llevados de nuestros prejuicios. Pues claro: es lo que se llama periodismo libre.
Pero algo muy similar ocurre con los políticos, que suelen ser tan rigurosos como mentirosos.
Cuanto más cerca del rigor más lejos de la verdad… cuanto más cerca del peligro más lejos del daño
A la gente no hay que juzgarla por su empeño en el rigor sino por su rectitud de intención. Busquemos la verdad, que es encontrable y el rigor nos llegará por añadidura. Y si no se nos da, que le den morcilla al rigor: nadie muere como consecuencia de la falta de rigor, pero sí como consecuencia de la mentira.