- Tampoco de los tribunales.
- Porque la justicia española parece guiarse, no por la ley, sino por lo políticamente correcto.
- En el entretanto, el padre de los niños, contra todo derecho, continúa sin poder ver a sus hijos.
- Son los mismos tribunales que persiguen con saña a todo aquel que pretenda salirse del tópico.
- Y aquí el perdedor no es Juana Rivas. Tampoco su esposo. Los perdedores son los hijos de ambos. Y esto, pase lo que pase en los tribunales.
Resulta verdaderamente curioso cómo funcionan los
tribunales de Justicia en España. No se guían por la ley sino por
lo políticamente correcto. Doña
Juana Rivas (
en la imagen) retiene a sus hijos contra una decisión judicial, desobedece a la justicia, se burla de la ley… pero ahora se va a su casa. A seguir luchando y eso, entre los aplausos de la multitud.
Mientras, el padre de los niños, italiano, con todo el derecho a que le entreguen a sus hijos, ni tan siquiera ha podido verles.
El tópico de la llamada
violencia machista es lo políticamente correcto (PC). Y si estás en lo 'PC' no tienes nada que temer. Puedes guiarte por la impunidad, que nadie vendrá a perseguirte. Por contra, si nadas a contracorriente, estás perdido. Por de pronto te colocan una mordaza y, si osas quitártela, te bombardean sin piedad.
Y la conclusión más indignante es esa: que los tribunales no se guían por la ley (que también puede ser injusta, como lo es la ley contra la violencia de género) sino por lo políticamente correcto, por la atmósfera cultural imperante. Que dicho así suena muy fino pero que sólo significa esto:
el que más grita es el que tiene razón.
Al fondo del caso Juana Rivas, otra cuestión olvidada:
un menor necesita de un padre y de una madre. Y necesita que estos cumplan su compromiso de mutuo auxilio. Porque el principal perdedor de todo esto no es ni Juana Rivas ni su esposo, el italiano: son los dos hijos de ambos. Lo son ya: pase lo que pase.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com