Una pareja de jóvenes, ambos trabajan, tienen niños, una hipoteca… ¿cómo van a pagar una asistenta de 1.700 euros?
Desde que el 1 de junio de 2018, Pedro Sánchez llegara a la Moncloa solo ha tomado una medida interesante y prestada de Podemos: elevar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 900 euros. Ahora, en cuatro años -ojo, en cuatro años- Sánchez promete que lo elevará hasta los 1.200. Y no estaría mal, aunque muchos dudan que este Gobierno de retales dure tanto.
En cualquier caso, la confusión es grande. La pregunta del millón es: ¿Es bueno o no es bueno subir el SMI hasta 1.000 euros, incluso hasta 1.200 en cuatro años? Es bueno y, de hecho, podría y debería subirse hasta los 1.200, por 40 horas de trabajo semanal y ya mismo.
Con una condición: no subir al mismo tiempo las cuotas sociales en la misma proporción. Eso es una locura.
Es decir, bajar las cuotas sociales (en España, las más altas de Europa) es justo lo contrario de lo que predica el nuevo Gobierno. ¿Y el nuevo ministro Escrivá?
Por ejemplo, un salario de 1.200, contando la elevación de las cuotas sociales, supone al empleador unos 1.700 euros. Ahora pensemos: pareja de jóvenes, ambos trabajan, tienen niños, una hipoteca… ¿cómo van a pagar una asistenta de 1.700 euros?
Obviamente, ¿sentirán la tentación de pasar a la asistenta a la economía sumergida?
En definitiva, la fórmula idónea es subir el SMI pero no subir, es más, anular, las cuotas sociales para ese tipo de trabajadores de salarios bajos.
¿Pero es que entonces no se podrán pagar las pensiones? Pero es que tampoco pueden pagarse ahora y eso que tenemos las cuotas empresariales más altas de España.
La palabra clave de la economía de hoy es libertad y el concepto a preservar, la propiedad privada
Así que suba usted el SMI, señor Sánchez, señor Escrivá (estrenará el Ministerio de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones), pero baje las cuotas… y pague las pensiones con IVA.
Sí ya lo sé, es justo lo contrario de lo que predican los tópicos de la izquierda, pero es lo que funciona.
Y recuerde: la palabra clave de la economía de hoy es libertad y el concepto a preservar, la propiedad privada.