- El truco de Jordi Évole: primero grabas a la víctima y luego realizas un montaje sobre esa grabación.
- El matinal de Cuatro sigue sus pasos.
- La Sexta es vulgar, pero el canal Cuatro, de Mediaset, resulta especialmente venenoso y sectario.
- En cualquier caso, la tele debería quedarse en lo que es: el medio con más poder y el más frívolo.
- No hace falta que, encima, sea el medio más canalla.
No era más que un pobre nostálgico. Tenía un bar donde se exaltaba a
Franco y encima le habían colocado su nombre a una calle del pueblo. Y ahí empezó el cocinado programa matinal de
Cuatro, con una intrépida reportera de su momento, a la que el hombre objeto de la celada, por cierto, acogió amablemente.
Se ve que es un tipo que confiaba en la gente.
Justo cuando le contaba que con Franco
no había aborto, que eso lo trajo la democracia, y que los rojos mataron a mucha gente, entre ellos a su abuelo (dos sentencias que yo hubiese firmado hoy con entusiasmo),
las salvas se volvieron lanzas y la valiente reportera (valiente allí donde sabe que nadie le va a tocar un pelo) se rasgó la vestiduras:
-¿Usted sabe que lo que está diciendo es una barbaridad?
Justamente en ese momento no decía barbaridad alguna pero, en cualquier caso, se ve que la señora, en aquel día llevaba órdenes de
golpear al fascista y tenía que ejercer. Y todas esas imágenes del pasado,
mezcladas con tertulianos del presente, posibilitaron el montaje manipulador de
Cuatro.
El canal de
La Sexta de Mediaset puede resultar vulgar e incluso blasfemo (
Gran Wyoming), pero el canal Cuatro, de Mediaset, es especialmente venenoso. Todo el sectarismo histórico de El País de
Janli Cebrián se deja ver aún en sus imágenes y en sus montajes.
Ejemplo:
el predicho programa matinal, con
Juan Carlos Monedero como comentarista aséptico del antiguo fachas y del perpetuamente enfadado
Javier Nart como glosista.
Ana Pastor, de La Sexta, es mucho mejor. Tienes que estar discutiendo con ella y te mete unas
mentiras enlatadas de mucho cuidado pero al menos te puedes defender. En la entrevista, claro, no en todo lo demás, donde fabrica entrevistas con tópicos que no se cree ni ella pero
al menos ofrece la oportunidad al entrevistado de defenderse.
Los de Cuatro no. Estos siguen el
estilo Évole: primero grabas a la víctima y luego realizas un montaje sobre esa grabación, de tal manera que le dejas en parihuelas. Porque a Évole, de
La Sexta, o a esos chicos, de Cuatro, basta con que les propongas esto: de grabar nada, campeón,
en directo rabioso. Y antes me entregas los temas a tratar porque yo también quiero documentarme.
Por lo demás, el centro de
Cuatro -el canal de las primeras citas- lo situó perfectamente Monedero, al criminalizar el fascismo y
ensalzar el comunismo. Es más, si no eres antifascista no eres demócrata. Eso sí, puedes ser leninista y profundamente democrático. Mejor sería criminalizar ambos.
La tv es el medio más poderoso,
el más frívolo, el más estúpido y ahora aspira a ser el más miserable. Pero todos suspiran por aparecer en la monigotera. Incluso intelectuales de la talla de Nart y Monedero.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com