• La misma compañía, que patrocina el Orgullo Gay, se ensaña con las madres.
  • Hay muchas exageraciones sobre el machismo laboral.
  • Pero el único machismo que sufre la mujer es el miedo de la empresa a contratarla si puede tener hijos.
  • No es machismo, es antinatalismo.  
Pues ha hecho muy bien el Gobierno balear. La aerolínea Iberia pedía a las candidatas a un puesto de trabajo si estaban embarazadas o pensaban quedarse embarazadas. Y la multa para la empresa que preside Luis Gallego (en la imagen) y en la que manda el peligroso Willie Walsh, se queda corta. La misma empresa que patrocina el Orgullo Gay no admite madres ni posibilidad de que lo sean. Es decir, que, como a todos los progresistas, a los rectores de Iberia lo único que les preocupa es el beneficio. Además, la multa a Iberia pone de relieve que se exagera el machismo laboral existente. El único machismo, pero es mucho, contra la mujer en el mundo laboral es el de la maternidad. Una mujer que aspire a ser madre no interesa a las empresas. A Iberia, desde luego, no. Además, aun cuando se diga lo contrario, toda mujer sabe que la maternidad no está bien vista en su centro de trabajo y que, si decide arriesgarse es eso mismo lo que está asumiendo: un hijo y un riesgo. Es más, la natalidad es la única discriminación natural, por tanto constante y palpable, de la mujer respecto al varón. Precisamente en sus años fértiles que es cuando cuaja y se conforma la carrera laboral. Por tanto, es de justicia que tanto para trabajadores como para amas de casa se instaure el salario maternal como la verdadera cuarta pata del Estado de Bienestar. Además, Iberia, no seáis cenutrios: ¿Quién creéis que va a viajar en avión en un futuro? No es machismo, es machismo antinatalista, el peor de todos los machismos. Eulogio López      eulogio@hispanidad.com