- Una profe de la Universidad San Pablo CEU apuesta por el aborto.
- No es que a María Blanco le guste el aborto, es que no le gusta que se penalice.
- Lo mismo le ocurre con el asesinato de adultos: está mal pero no hay que castigarlo.
- Y de paso, María Blanco une feminismo y liberalismo.
- Algo parecido a los chinos, que unen capitalismo y comunismo.
- O como Emmanuel Macron, que es social-liberal.
- Y el artículo ideológico de moda en nuestro tiempo es… la empanada mental.
Profesora de la universidad católica
San Pablo CEU (cosas veredes, amigo Sancho).
María Blanco quiere unir feminismo y capitalismo. Ha escrito
Afrodita desenmascarada, donde habla de feminismo liberal, es decir capitalismo, porque
nuestra profe no distingue entre ambos términos. Es decir, que confunde libertad de empresa con
derecho a la propiedad privada. Olvida la distinción de
Chesterton: un carterista puede ser un amante de la libertad de empresa y del
libre mercado, pero no podrá ser considerado, verdad que no, como un
defensor de la propiedad privada.
Más:
lo que propone Blanco (esta chica llegará a tertuliana) es algo parecido al régimen chino, la mayor tiranía del mundo:
política comunista con economía capitalista, dos elementos que se han mostrado con el café con leche: perfectamente compatibles.
Y ambos visceralmente anticristianos. Los chinos unen
capitalismo y comunismo;
Blanco une feminismo y liberalismo. En ambos casos, se trata de mezclar el fuego con la gasolina. Blanco asegura que no le gusta el aborto pero
no quiere penalizarlo. Supongo que tampoco le gustará el asesinato pero tampoco quiere penalizarlo. Di que sí:
se trata de abrir un debate con el homicida para convencerle de que no vuelva a asesinar. Pero convenzámosle con modos democráticos:
no le reprimamos.
Y también dice nuestra profe de Economía que
la mujer tiene derecho a decidir... si asesinas a tu hijo en sus mismas entrañas. Ahora bien, doña María: el hijo es de dos, del padre y de la madre. Sólo que Blanco se une al mandamiento cristiano, casi una bienaventuranza, del "
nosotras parimos, nosotras decidimos".
¿Y el varón? Un semental que pasaba por allí.
El problema del liberalismo es que predica una libertad, de suyo maravillosa, pero se olvida de la justicia. Como
Afrodita.
Pero sin llegar a tanto, podemos recordar el caso del nuevo presidente de Francia,
Emmanuel Macron, quien se autotitula social-liberal. O sea, que entre socialismo y liberalismo tampoco hay colisión alguna, sobre todo si se trata de sumar votantes.
Y
el artículo ideológico de moda en nuestro tiempo es… la empanada mental. Puedes ser socialista y liberal, comunista y capitalista,
abortista y católico, devoto y blasfemo, cristiano y musulmán, del Madrid y del Barça… Bueno,
esto último supongo que no.
En cualquier caso, la grandísima empanada mental.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com