Sr. Director:
La experiencia de lo auténticamente bello es esencial en la búsqueda del sentido y de la felicidad del hombre. Nuestra Semana Santa entiende esto a la perfección.
Las imágenes que han procesionado en estos días por las calles de España son mucho más que un potente reclamo turístico. Tampoco son casualidad las importantes cifras de audiencia del cine religioso en la pequeña o en la gran pantalla. Por supuesto que en una sociedad pluralista hay espacio para opciones diversas, dentro del respeto a las legítimas convicciones de cada cual, pero ¿qué otra cosa puede ser la Semana Santa sino la celebración cristiana de la muerte y resurrección de Cristo?
Por eso son de agradecer propuestas culturales, como la película Resucitado estrenada el pasado año, que se acercan al fenómeno religioso desde una perspectiva respetuosa e interpeladora. Es la historia de un tribuno romano que tiene un encuentro con Cristo resucitado, en medio de una sociedad que exige respuestas a quien no puede dárselas. No es la mejor película del género, pero es una apuesta valiente y muy interesante, también para cuantos, a modo de atrio de los gentiles, se acerquen sin prejuicios a la historia más grande jamás contada y sepan reconocer que la belleza nos provoca a todos una saludable sacudida, que nos hace salir de nosotros mismos y escuchar ese eco que en nuestro corazón no calla, y que apunta inexorablemente hacia lo alto, hacia una vida nueva, mejor y transfigurada.
Enric Barrull
La comunión en la mano no es más que la vanguardia contra la supresión de la Eucaristía
15/12/24 15:00