Sr. Director:

La reforma a fondo de las pensiones lleva a ciertos planes de empresa y de individuales, que más que un simple complemento, terminan convirtiéndose en cuasi-obligatorios, con el inconveniente de la muy desigual cobertura en función del estatus laboral y social. El ministro Escrivá se aferra al escaso desarrollo de los planes privados en España y a su ineficaz regulación, y en esto razón no le falta.

También es cierto que el sistema de pensiones necesita una reforma. Pero en lugar de abrir un debate franco, el gobierno se ha lanzado por la puerta de atrás a modificar la lógica misma del sistema, o al menos a dejar sentadas las bases. Que las empresas y trabajadores recurran a planes privados o públicos es secundario en comparación con la magnitud de los cambios que se perfilan con esta reforma.