Sr. Director:
Cuando nos dirigimos a este periódico con nuestras cartas, solicitando que nos las publiquen, en la mayoría de las ocasiones son para denunciar o criticar las malas praxis de los políticos, desgraciadamente tan abundantes; no obstante, es un alivio que haya muchos que pasan desapercibidos al comportarse digna y adecuadamente.
Pero pocas veces nos pasa por la cabeza alabar y elogiar los comportamientos humanos de ciertas personas verdaderamente ejemplares y dignos de publicitar; en ello quiero poner hoy mi empeño y destacar parte de lo mucho bueno que hay en nuestra sociedad.
Y comienzo por el trabajo altruista de personas de ciertas ONGs que arriesgan sus vidas por salvar las de los inmigrantes que se hacen a la mar en busca de un futuro mejor.
Destaco también a los muchos voluntarios que cubren las diversas actividades de Cáritas, atendiendo a los desamparados, dando de comer a los que no tienen, buscando trabajo para quien lo necesita, asesorando en múltiples cuestiones, etc.
Es muy importante el trabajo altruista de numerosas personas que pasean por la ciudad buscando a los mendigos sin hogar y sin nada de comer, facilitándoles una comida caliente y el amparo de un amigo.
Hay que valorar muy positivamente la labor de los que se dedican a disuadir a las mujeres que se dirigen a los abortorios a matar a su hijo, pues las circunstancias de la vida les son adversas y los gobiernos de turno no le dan otra solución.
Muchas más personas, organismos, instituciones, asociaciones, merecen destacarse en estas líneas, por su filantropía y ejemplaridad, pero razones de espacio me obligan a quedarme aquí, resaltando el valor de quienes así actúan y poniéndolos como modelos de vida a imitar.